«Frustración» en el sector pesquero ante los continuos «ataques» de Bruselas al arrastre

Tras el anuncio de que se limitará este arte en los 400 metros en fondos vulnerables. La flota está cansada de que la Comisión Europea apele recurrentemente a que este es “el arte de pesca más destructivo”.

La Comisión Europea acaba de confirmar sus intenciones de avanzar en las restricciones a la pesca de arrastre de fondo en aguas de la UE. Tras evaluar los logros del Reglamento de acceso a especies de aguas profundas, que introdujo la prohibición de pescar con arrastre e ecosistemas vulnerables en los 800 metros, Bruselas cree que ha llegado el momento de dar otro paso y adelanta su intención de establecer la misma restricción pero a partir de los 400 metros.

El sector pesquero europeo no se muestra sorprendido ante este nuevo objetivo de la Comisión, ya que el Reglamento original ya lo preveía “en función de los datos científicos y las decisiones de los Consejos Consultivos”, explica a Industrias Pesqueras Daniel Voces, director general de la patronal pesquera europea Europêche.

El problema es que el sector comienza a estar “cansado” de los términos utilizados la Comisión Europea para referirse a este arte pesquero al que recurrentemente se refiere como “el arte de pesca más destructivo”.

«El arrastre es un arte de pesca perfectamente legal, de los más certificados e investigados del mundo”

“Empezamos a estar cansados de la descripción por parte de la CE de un arte de pesca que es perfectamente legal, de los más certificados e investigados del mundo”, lamenta Voces. El sector pesquero no entiende que el departamento del comisario Virginijus Sinkevičius haya situado al arrastre como la gran “amenaza” para los ecosistemas y, después de todos los esfuerzos realizados, se muestra “frustrado”. “Hablamos de un sector que está afrontando continuas regulaciones, y la propia CE reconoce que gracias a este Reglamento se han mejorado la gestión, que hay más datos y se emiten autorizaciones específicas”, explica el portavoz de la patronal europea.

Estos esfuerzos han sido asumidos por el sector, que ha tenido que afrontar “más burocracia” y dejar de pescar en zonas donde se podría faenar sin riesgos ambientales. “Pero a Bruselas esto no le vale, sigue identificando al arrastre como una amenaza. Nos cuesta salir adelante con un gobierno europeo que lo único que hace es frustrar nuestros avances”, asegura Voces.

En la misma línea, el presidente de Europêche, y secretario general de Cepesca, Javier Garat, asegura que el nuevo objetivo de Bruselas supone “otro motivo más de indignación del sector. Es un ataque más al arte de arrastre. No hay semana que no nos quieran dar un disgusto”, afirma.

La intención de la Comisión sería aplicar el nuevo límite este mismo año, teniendo en cuenta que ya acumula cierto retraso. Originalmente se tendría que haber adoptado la prohibición de pescar con arrastre entre los 400 y los 800 metros en ecosistemas marinos vulnerables en 2018, pero los informes científicos se retrasaron. Europêche indica que el ICES, ahora sí, ya dispone de una primera propuesta de áreas afectadas, aunque está pendiente de una análisis en profundidad por parte de la flota. “Allí donde sea oportuno se cerrará”, teme el sector.

La flota alerta de las consecuencias que esto tendría para el sector, ya que en estas áreas ya habría especies demersales -no solo de profundidad- que ya no sería posible capturar.

SÍ A MEDIDAS, PERO CON RESPALDO CIENTÍFICO

La flota no se opone a medidas ni restricciones para el arrastre, pero reclama que haya ciencia que las respalde y plenas “garantías” para los operadores. En este ocasión teme que no será así y alerta de la letra pequeña de la regulación. “Nosotros mismos los promovemos: donde sea cierta la presencia de ecosistemas vulnerables y se demuestre que el arte de fondo puede tener impacto, también abogamos porque se restrinja el acceso”.

Sin embargo, la industria teme que el principio de probabilidad que establece el reglamento se imponga al de la certidumbre, porque el Reglamento fija la prohibición en fondos vulnerables o “donde sea probable que existan”.

“Esto nos preocupa porque da lugar a la interpretación y da inseguridad jurídica al operador”, asegura Daniel Voces, que pide a la Comisión que colabore con el sector para activar “una estrategia de semáforo”. Es decir, en aquellas donde sea posible que haya vulnerabilidad, determinar el grado de posibilidad y trabajar con los operadores para definir las medidas de protección adecuadas en esas zonas. “Lo que no queremos es que se cierre todo porque haya una mínima posibilidad. Pedimos flexibilidad para determinar el grado de protección de las áreas”, indica.

Por último, la flota indica que la gestión nunca se puede hacer por profundidad, “sino por la situación de cada una de las zonas”, y recuerda que la franja de los 800 metros fue una decisión política para contentar a las ONG que, exige, no se repita en esta ocasión

Fuente: Industrias Pesqueras

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