Gobierno y sector esperan el visto bueno de Bruselas al contingente arancelario para calamar patagónico

Evitaría el pago de aranceles derivados del ‘brexit’ a la importación de las capturas de loligo por parte de la flota de las sociedades mixtas. La flota se muestra «esperanzada» ante una inminente respuesta de Bruselas a la medida defendida por el Gobierno de España.

La flota de Malvinas, integrada por los 18 buques de sociedades mixtas con España, confía en lograr una solución inminente al efecto colateral que ha generado la salida del Reino Unido de la UE: la posibilidad de tener que afrontar el pago de aranceles por ingresar sus capturas en el mercado comunitario, tras quedar las regiones de ultramar del Reino Unido fuera del acuerdo comercial con la UE. En el número de febrero de IP analizamos la problemática en profundidad. 

El sector, a través de ACEMIX, la Asociación de Empresas Comunitarias y Sociedades Mixtas de Pesca en Vigo integrada en ARVI, se muestra “esperanzado” y espera noticias positivas de Bruselas a lo largo de esta semana, o antes de final de mes como muy tarde, a la propuesta desarrollada desde España en colaboración estrecha con el propio sector, centrada en justificar la dependencia del mercado comunitario de las importaciones de calamar loligo para atender la demanda interna.

Se confirma así que la solución planteada a la Comisión pasaría por establecer unos contingentes comunitarios libres de arancel, al estilo de los articulados trianualmente para la importación de lomos de atún, que daría respuesta a las demandas de la industria. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no confirma la medida, aunque destaca que “los contactos con el sector afectado son permanentes”.

El contingente arancelario ampararía las importaciones de la especie calamar patagónico, y no el origen «Malvinas», adecuándose a la normativa comunitaria. 

Estos contingentes cubrirían únicamente las capturas calamar loligo, que representan el grueso de las capturas (unas 80 000 toneladas al año), por lo que las demás pesquerías se verían abocadas a los aranceles. En este sentido, es importante recordar que no se bonificaría el arancel a las capturas con origen “Malvinas”, sino que la medida cubre a la especie, en este caso al calamar patagónico.Stanley, Malvinas Falkland.

La respuesta de la Comisión llegaría además en el momento oportuno, cuando las primeras remesas de calamar del año -correspondientes a la primera campaña de 2021- están a punto de llegar a la UE a través del Puerto de Vigo. Así, el sector evitaría tener que hacer frente al 6 % de arancel al loligo que aplica la UE sobre el valor de la importación, pero tendría que abonar el 8 % para el illex o pota; el 7,5 % sobre la merluza; del 15 % para las rayas; entre un 15 y un 18 % para la austromerluza -toothfish-; el 7,5 % para la bacaladilla o el 7,5 % para el granadero.

Se blindarían las importaciones sin arancel durante tres años, y con efecto retroactivo a enero de 2021. 

La solución vía contingentes parece cerrada, pero sigue habiendo incertidumbre sobre los volúmenes que autorizaría Bruselas. Se plantean alrededor de 70 000 toneladas anuales, una cifra que no cubría el total de la producción. El sector aspira a incluir la totalidad de las capturas o al menos ir aumentando el porcentaje en los próximos ejercicios.

La propuesta planteada por España a la Comisión, que cuenta con el respaldo de otros Estados miembro según destaca el sector, se adecuaría al modelo trianual establecido por Bruselas para otras especies pesqueras y tendría efecto retroactivo a enero de 2021 con el objetivo de blindar las importaciones en el caso de que la propuesta no se adopte a tiempo, antes de la llegada de los primeros envíos del 2021.

Desde ACEMIX prevén la llegada del primer calamar del año en las próximas semanas, aunque indican que problemas logísticos derivados de la pandemia podrían retrasar los envíos. La campaña se ha desarrollado sin incidencias y la pesca se mantiene al nivel de otros ejercicios.

Al mismo tiempo, mientras España y el sector se mueven en Bruselas, los socios y el gobierno de las Malvinas trabajan por su parte en gestionar alternativas a la problemática, y avanzan las negociaciones con el Gobierno británico. Desde España, además, se siguen valorando “otras opciones”.

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