Hitos Únicos de la Industria Naval: Por Francisco Banegas y Denis Vilardo

La construcción naval tiene hitos que pueden considerarse ÚNICOS. Como no ocurre con otras industrias como la automotriz, que fabrica modelos y los replica por miles, en la naval el buque es un bien de capital que tiene la singularidad del nombre específico que lleva cada unidad. Tal vez en esa peculiaridad esté la identificación de los trabajadores navales con su construcción.

La botadura configura un hito en la construcción de un buque; por primera vez el buque va a tocar el agua, su hábitat natural. La ceremonia de lanzamiento incluye el estallido de una botella arrojada hacia el casco por la “madrina”: es un momento de gran emoción. Con la respiración contenida, variados sentimientos invaden a los trabajadores navales en ese momento. En gran medida es un instante donde se condensan todas las vivencias que pasamos en el Astillero. Las sensaciones se multiplican porque ese día están presentes nuestros seres queridos. La familia comparte con nosotros el resultado del trabajo colectivo.

El trabajo, esa palabra que escuchamos a diario en boca de propios y ajenos, alcanza una dimensión desconocida para muchos que se rasgan las vestiduras y abundan en conceptos sobre que “constituye la salida para nuestro país”. Después desprecian, mutilan, injurian su contenido real, a sus hacedores y al propio resultado de esas tareas.

Francisco «Pancho» Banegas

La botadura de la LICA en el Astillero Rio Santiago puso de relieve que la capacidad de construir existe, es un hecho inocultable, contundente. La LICA fue diseñada para la Armada Argentina en la Oficina Técnica del ARS, se la realizó a partir de las demandas que tiene el Armador.

El resultado obtenido es un buque que fue aprobado por la sociedad de clasificación japonesa NKK (Nippon Kaiji Kyokai), una de las más prestigiosa del mundo.

La botadura se realizó con el casco aprobado y con un grado de alistamiento del 70%. Que no tenga la línea de ejes y la hélice no altera el programa de trabajo de la construcción y no existe una sola razón que justifique demorar la salida. Para quienes ignoran la secuencia de fabricación y hablan sin saber ni aprender, el grado de alistamiento de un buque depende de la provisión de equipos (las líneas de ejes no se colocaron porque aún no llegaron) y también sopesa las capacidades que tenga el Astillero para alistar a flote y la necesidad de disponer de gradas para continuar la fabricación.

Alistar la LICA en muelle no es una dificultad para el Astillero y liberar las gradas 2 y 3 que ocupan las LICAS es una necesidad para comenzar a tomar y montar otros trabajos como la compuerta flotante para el dique de la Base Naval de puerto Belgrano.

Los contratos en la industria naval tienen hitos y tanto el Astillero como el Armador toman obligaciones a partir de la firma. Decir que la botadura de la LICA genera un sobreprecio porque para colocar las líneas de ejes hay que sacar el buque a dique seco constituye una falacia o es de una gran ignorancia. Todos los buques botados en el ARS antes de la entrega tienen que salir a seco, para realizar el carenado final y el retiro de los “fittings” y pegotes necesarios para la botadura. La botadura implica también para el Astillero un hito de facturación.

Danis Vilardo

Liberar la grada genera a futuro otro hito contable cuando se monta el primer cuerpo de la siguiente construcción. Como bien sabemos los trabajadores, la botadura no implica un sobreprecio, sino que tiene como consecuencia todo lo contrario.

La LICA desde su concepción es un modelo. Somos un astillero estatal cuya capacidad técnica para diseñar un buque que necesite la Armada del país para formar sus cadetes. Eso está probado aunque moleste a ciertas elites sociales y a determinados grupos mediáticos. ¿Por qué les molesta? La respuesta es simple: ellos son defensores a ultranza de otro modelo distinto: su paradigma es la compra llave en mano.

En noviembre de 2016 la ex ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich viajó a Israel y concretó la compra de cuatro embarcaciones para la Prefectura Naval por un costo de 49 millones de dólares.

En aquel momento la FINA (Federación de la Industria Naval) sacó un comunicado planteando que por el mismo presupuesto se podrían haber construido en el país 20 unidades para los fines que se adquirieron las lanchas Shaldag a Israel. Mientras que la LICA es un diseño ajustado a las necesidades de la Armada Argentina, las Shaldag fueron diseñadas para navegación marítima. Al hacer uso de esas embarcaciones en un medio fluvial, debido al calado y la velocidad que desarrollan, provocan una fuerte erosión en las costas de los ríos.

Como las lanchas son artilladas y cuentan con cañones de 20mm y 25mm son considerados armamento de guerra, son completamente desproporcionados para patrullaje fluvial que se hace en las inmediaciones de ciudades.

En definitiva, se adquirieron embarcaciones que nada tienen que ver con las necesidades que tiene el país. Se pagaron casi 50 millones de dólares por cada una equivalentes a la construcción de 20 unidades similares en astilleros nacionales y generaron más de 600 puestos de trabajo para astilleros israelíes que no pudieron ocuparse en nuestro país.

La construcción de un buque para la Armada en un Astillero Nacional para formar a las futuras generaciones es un acto de SOBERANIA NACIONAL, la adquisición de las Shaldag se realizó a Israel, un país que se cansó de votar en contra de la Argentina en el legítimo reclamo de la recuperación de nuestras queridas Islas Malvinas.

En su momento “especialistas navales” aparecidos recientemente acompañaron con su silencio cómplice la compra de buques al exterior y hoy baten el parche comparando una botadura en un Astillero Nacional con la inauguración de un edificio. No nos extraña desde el momento que dos de las Shaldag están fuera de operación sin generar la más mínima indignación de dichos “expertos”.

En el 2018 los trabajadores del Astillero fuimos demonizados por uno de los principales operadores mediáticos del macrismo porque éramos la piedra en el zapato del plan de ajuste y reforma laboral. ¡En el 2021 nos atacan los mismos porque mostramos que el país se puede poner de pie a condición de poner el centro en la reactivación de la Industria naval y la industria nacional TODA!

Francisco Banegas – Secretario General ATE Ensenada y Denis Vilardo – Secretario de Interior ATE Ensenada.

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