Interrogante: ¿desguazar o “armar un ejército” para afrontar la gran batalla de la pesca?

El sector pesquero está inmerso en un punto de inflexión. Cepesca y EBFA piden al sector cambiar el chip, la Secretaría General de Pesca pide reflexión sobre las implicaciones de un desmantelamiento de flota.

Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche, durante las XXVI Jornadas de Pesca de Celeiro.
Javier Garat

El malestar con Europa y la sensación de frustración es evidente. Los cierres de áreas a la pesca de fondo o la reciente inclusión de la tintorera en CITES han sido la gota que ha colmado el vaso.

A ello se suman los problemas derivados de la coyuntura económica  generada tras el inicio de la guerra en Ucrania, que han llevado al sector ha afrontar un incremento del precio de combustible del 195 % según datos del MAPA. La brecha entre las tres patas de la sostenibilidad aumenta: cada vez más ambiental, cada vez menos social y económica. Y de ahí las dudas sobre rearmarse para afrontar la batalla final o asumir, definitivamente, la derrota y recurrir al desguace, como quedó de manifiesto en la sesión final de la XXVI edición de las Jornadas de Pesca de Celeiro a través de las intervenciones de sector (Cepesca y EBFA) y administración (Xunta y Secretaría General de Pesca), que se repartieron al 50 % la representación en el cierre del foro.

La opción del desguace está sobre la mesa y el Gobierno abre la puerta. El director general de Ordenación Pesquera, Ignacio Gandarias, en una intervención centrada en el equilibrio entre la sostenibilidad ambiental y la económica, planteó la posibilidad de activar medidas de reestructuración del sector pesquero, ya sea a través de paradas temporales o bien definitivas, ya que el nuevo FEMPA recupera las ayudas al desmantelamiento.

En su ponencia, Gandarias explicó que los últimos datos que maneja el ministerio –correspondientes a 2020, es decir, sin reflejar la situación actual- 235 buques españoles, de 13 segmentos diferentes, se encuentran en situación de desequilibrio. 24 de ellos están  en el Atlántico Norte, y 51 en el Mediterráneo.

Gandarias llamó a la reflexión al sector pues “las reglas del juego son claras”, dijo.

Así, acceder a la paralización temporal permitiría a los armadores retomar la actividad en el futuro, mientras que si optan por el desguace los GT eliminados del censo español no podrían ser reemplazados y las posibilidades de pesca sobrantes se repartirían entre el resto de buques.

“Hay que tener en cuenta que el que desaparece del sector lo hace definitivamente, por eso es necesario un proceso de reflexión”, indicó Gandarias.

Otra posibilidad es la extinción convencional de la empresa, vendiendo buques y cuotas. El director general de Ordenación Pesquera invitó al sector a “sentarnos en una mesa” cuando haya “compromisos firmes de desguace, con nombres y apellidos, y las CCAA estén conformes de que ese plan de desguace se active en sus territorios”, apuntó.

Por otra parte, Gandarias, quien reconoció que la parte ambiental de la PPC está “sobreponiéndose por encima de la económica y la social en materia de sostenibilidad”, también planteó al sector la necesidad de que las OPP actúen en el ámbito de la producción y no solo en la comercialización. Así, dijo que las organizaciones de productores pueden establecer mecanismos internos de gestión de cuotas y “aplicar la PPC a su nivel” para mejorar en términos de rentabilidad. Al mismo tiempo, y ante el reto de la transición energética, señaló que sector y Administración deben reflexionar sobre cómo queremos que sea la flota española del siglo XXI.

La posición de España es clara. Debemos ir a un proceso con financiación europea”, dijo, invitando al sector a participar en la nueva consulta pública activada por la CE para impulsar la transformación energética del sector.

Frente a la opción del desguace están los que defiende dar la batalla hasta el final y “armar un ejército” porque “tenemos que ponernos las pilas para sacar esto adelante”, indicó Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche. 

Garat, quien relató su experiencia personal en el trato cara a cara con el comisario Virginijus Sinkevičius y la “frustración” que sintió durante su asistencia a la última conferencia de CITES en Panamá, indicó en Celeiro que las armas de este ejército del sector deben ser “la ciencia y la presencia en foros internacionales”.

“Si no lo hacemos, nos van a seguir dando por todos lados. Estamos perdiendo todas las batallas porque nuestro enemigo tiene medios que nosotros no tememos. O despertamos, o en el sector pesquero español, europeo y mundial vamos a estar muy mal”, subrayó.

Garat se refirió a la reciente experiencia de la tintorera en CITES, un ejemplo de cómo las ONG han encontrado en este organismo -cuyo Apéndice II fue concebido para establecer restricciones comerciales a especies en peligro de extinción, no para gestionar la pesca– un “atajo” a las ORP o a FAO para consolidar su agenda dirigida a “acabar con la pesca”. Tras el marrajo dientuso y ahora la tintorera, Garat no descarta que en los próximos años CITES plantee restricciones a los túnidos tropicales, por ejemplo.  

“Me considero optimista, pero empiezo a ser pesimista”, indicó por su parte Iván López van der Veen, presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA)

López apuntó que el compromiso de la pesca con la sostenibilidad –“somos el único sector marítimo que depende de la salud del mar”– no llega a la sociedad en una era en la que las ONG han sabido imponer su “relato” basado en las emociones.

Iván López, presidente de EBFA, en las XXVI Jornadas de Pesca de Celeiro.
Iván López van der Veen

La verdad no importa, nos lo dicen las agencias de comunicación. Y enfrente tenemos a unas organizaciones que, si bien en su origen tienen un buen objetivo, han sabido vivir del relato de hacerse los mártires”, dijo. López defendió que ha llegado la hora de cambiar el chip y dejar atrás temores intrínsecos del sector a comunicar y a la transparencia. “No somos capaces  de que la gente sepa que somos los más comprometidos. Nos da vergüenza decirlo. Nos da miedo meter una cámara a bordo. Somos capaces de quedar peor que unos molinos de viento y no de vender nuestra propia historia”, lamentó.

Iván López agradeció a la OPP Burela la decisión de recurrir los cierres, frente a la negativa de las otras OPP afectadas: “Si no fuera por vosotros hubiéramos acabado a la altura del betún”

López también se mostró crítico con el sector, al que acusó de “hablar mucho” para después “fallar”, apuntó con relación a la indignación que generó en la flota los cierres de las 87 áreas de pesca y la confirmación posterior de que solo una OPP, Burela, irá a los tribunales. “He puesto la cara por los EMV, íbamos a ir todos, pero al final solo va uno. No podemos decir que todo está mal – en referencia al procedimiento de Bruselas y las lagunas científicas de la medida– y luego no recurrir. Es el cuento de Pedro y el lobo. Y es Pedro el que acaba mal” finalizó.

Fuente: Industrias Pesqueras

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