La licitación del dragado del puerto marplatense a punto de caerse

Todos los datos recogidos apuntan a que la propuesta presentada por Servimagnus supera ampliamente el presupuesto disponible. La propuesta técnica aportada por la dragadora mixta argentino-china, serían similares a los que utilizó en el 2014.

Sorprendió que hubiera una sola oferta, cuando se habían comprado diez sobres a un costo de diez mil pesos cada uno, y que la propuesta fuera inmensamente superior a los fondos disponibles.

Según trascendió, la propuesta realizada por la única oferente alcanza a los 20 millones de dólares, una cifra por demás exagerada, aun si se considerada como válida la teoría de que se tendrá que extraer casi un millón de metros cúbicos de sedimento (proporción exagerada), en lugar de los 560.000 previstos en el pliego, cálculos realizados a fines de 2020, tomando como punto de partida la última campaña de dragado realizada en el 2018.

Pensar en pagar U$S 20 por metro cúbico es al menos desproporcionado frente a los valores históricos que rondaron entre los 5 y 7 dólares.

Por otro lado, la demora en el proceso significó que los plazos corrieran (este portal anticipo en septiembre del años pasado que los plazos se acortaban). Con mucha suerte la obra podría empezar en Julio – pleno invierno en Mar del Plata, y todos saben que las condiciones climáticas no son las adecuadas para realizar un trabajo de Dragado, cualquiera fuera el equipo utilizado. La boca de acceso y el canal exterior son muy riesgosos en esa época del año, mucho mas utilizando el equipo chino propuesto, la draga Xin Hai Beng que no cuenta con propulsión y debe movilizarse con el empuje de remolcadores.

La obra del 2014 se realizó en temporada de verano y así y todo el tiempo muerto de la obra, fue por demás extenso debido a la altura de las olas predominantes en el sector. Eso si, fue una hermosa postal para los turistas que (sin pandemia) visitaban la ciudad.

Si bien el pliego no establecía presupuesto oficial (así lo reconocieron fuentes de la empresa oferente), esto evidentemente no respondió a un olvido, sino dejar un margen de maniobra por si la oferta superaba la expectativa presupuestaria (por encima del 10 %) y poder conseguir los fondos faltantes por otra vía que no fuera el aporte nacional.

La licitación establecía, pese a existir un pago como anticipo, que el pago por la obra se haría al final de la misma, (es decir contra la recepción de la obra) sin pagos parciales contra certificados de ejecución, lo que le permitiría al Consorcio un tiempo prudencia para hacerse de los fondos que faltaran. Lo que no se esperaba fue que la única oferta realizada iba a ser de Servimagnus, la firma de Ricardo Román, operador del Dragado del 2014, al que según cuentan, la Provincia le debe unos cuantos miles de dólares por esa obra – realizada hace siete años.

No es desconocido que el Dragado en la Argentina, se encuentra totalmente cartelizado. Las cuatro o cinco empresas existentes en el mercado del Dragado se distribuyen el trabajo y acuerdan valores. De ves en cuando aparece alguna draga independiente para hacer algún trabajo chico y con eso pretenden justificar la «libre competencia». Como en el 90 % de los casos el que paga es el estado, aunque licite otro, mantener una deuda con una es que ninguna oferte sobre un trabajo propuesto por el deudor (en el ambiente se dice que el que debe, paga cuando tenga el agua al cuello – literal).

Sin ánimo de convertirnos en un operador privado, sería conveniente que Axel comience a negociar con Servimagnus (o mejor dicho con Ricardo Román, viejo conocido en los estamentos intermedios portuarios nacionales y provinciales) el pago de la deuda que eviten esta casi manifiesta extorción a la que se ha sometido al puerto marplatense.

Plazos que se agotan, el clima que no ayuda, poco presupuesto y escases de oferentes, son un coctel muy amargo para la gestión de Gabriel Felizia, que tendrá que conseguir mas plata, y agudizar el ingenio para poder lograr el objetivo de Dragar.

En el mientras tanto, los operadores portuarios para los cuales es imprescindible tener un canal de acceso con profundidad suficiente para operar con seguridad, tranquilidad y previsibilidad seguirán prendiéndole velas al San Salvador que mira desde el morro de la Escollera Sur desde hace mas de 40 años.