La semana laboral de 4 días, tema de agenda.

España implementará un plan piloto a 3 años con base en el Estado. Reino Unido, Finlandia, Alemania, Nueva Zelanda y México, tienen propuestas para ser analizadas.

El mundo del trabajo y la productividad se ven sacudidos a raíz de la implementación en España de un plan piloto desde el Estado para reducir la semana laboral de 5 a 4 días.

La propuesta del partido de izquierda Más País fue finalmente adoptada por el gobierno español y será de esta forma el primer país en implementarlo.

El proyecto dura tres años y tiene un coste de 50 millones de euros aportados por un fondo de la Unión Europea. Los costos de la incorporación de una empresa a la semana laboral de cuatro días, por ejemplo, podrían cubrirse al 100% el primer año, al 50% el segundo y al 33% el tercero. Así las empresas podrán probar la reducción de horas con un riesgo mínimo.

A diferencia de tiempos pasados en que la limitación de la jornada laboral fue una conquista de los trabajadores organizados, el cambio del paradigma de las 40 hs semanales comenzó desde la gerencia de algunas empresas. Para abordar la real dimensión del tema realizaremos un breve punteo de sus principales antecedentes.

Entre las primeras empresas en promoverla se encuentran Microsoft Japón y la hamburguesería Shake Shack en 2019. Microsoft obtuvo muy buenos resultados, una marcada alza de la productividad de sus empleados y una sensible baja de sus costos operativos.

En la etapa que inició la pandemia de coronavirus se sumó la multinacional Elephant Ventures, empresa de software e ingeniería de datos, con sede en la ciudad de Nueva York. Ya en marzo del 2020 la pandemia se volvió completamente remota en marzo de 2020. Para llevar adelante la idea destinó dos meses de prueba en que fue midiendo la respuesta de los trabajadores. Si bien tuvieron que adaptarse a jornadas de trabajo más largas al cabo de la prueba ya estaban acostumbrados y se mostraban entusiasmados en planear las actividades de sus nuevos fines de semanas largos. La trampa aquí radica en no bajar las horas de trabajo sino en concentrarse.

En Nueva Zelanda existe una organización llamada “4 day week”, que promueve la semana laboral de solo cuatro días. La empresa pionera fue Perpetual Guardian que brinda asesoría para la planificación del patrimonio familiar e inversiones financiera. Sus referentes Charlotte Lockhart y Andrew Barnes implementaron la semana de cuatro días en 2018 y destacaron el aumento de la productividad, la rentabilidad, el bienestar, y un futuro más sustentable. También en Nueva Zelanda, el gigante Unilever lleva adelante una experiencia piloto de un año con 81 empleados. Conforme el éxito que obtenga podría ampliar la a modalidad a sus 155.000 mil empleados en el mundo.

Industria marplatense

En el Reino Unido durante 2019 el tema ingresó en la agenda política con el impulso de organizaciones sindicales y miembros del Partido Laborista. Un informe del historiador económico Robert Skidelsky arrojó que la imposición de una semana laboral de cuatro días “no es realista ni deseable”, para esto usó de ejemplo la introducción en Francia de un límite semanal de 35 horas de trabajo en 1998 del que se debió dar marcha atrás.

En enero del 2020 la primera ministra de Finlandia Sanna Marin, sacudió la prensa mundial con una propuesta de reducir la jornada laboral de ocho a seis horas o la semana de cinco a cuatro días. La iniciativa pretendía que los trabajadores pudieran pasar más tiempo con los seres queridos y desarrollar otros aspectos de su vida. A los pocos días la propuesta debió ser negada.

En Alemania la propuesta fue impulsada a mediados del 2020 en plena crisis del coronavirus por la unión de trabajadores automotrices IG Metall que representa a 2.3 millones de trabajadores y es el principal gremio industrial de Europa. En la propuesta realizada a la patronal el cambio de régimen ayudaría a asegurar los empleos contra las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus y los cambios estructurales en la industria automotriz.

En México a principios de marzo ingresó al congreso una iniciativa de la diputada de Movimiento Ciudadano, Pilar Lozano Mac Donald. El proyecto pretende la reforma de la Ley Federal del Trabajo para establecer 4 días de trabajo por tres de descanso. La reducción y flexibilización de las jornadas laborales busca elevar la productividad, conciliar la vida laboral con lo familiar y personal, mejorar las condiciones para las mujeres, incentivar la actividad económica y prevenir contagios ante una crisis sanitaria.

En Argentina la jornada laboral promedio es de 39 horas semanales, la Ley de Jornada fija como tope un máximo de 8 horas diarias o 48 horas semanales muy similar a otros países de la región, como Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay. Por estos días la Secretaria de Gestión y Empleo Público de la Nación, Ana Castellani expresó que el gobierno analiza la implementación de una nuevo régimen de 4 días, “explorar semanas laborales más cortas está en la agenda de discusión que se viene”

En la década del 30 John Maynars Keynes vaticinaba que el avance tecnológico redundaría en un aumento de la productividad y una sostenida reducción de las horas semanales de trabajo hasta llegar a un régimen de 15 horas semanales, seguramente un pronóstico acertado en el plano del deber ser. El aumento sostenido de la productividad sigue siendo un paradigma que se traduce en el crecimiento del PBI de los países pero desde los ajustes estructurales impulsados en los 90 el resultado es un creciente número de trabajadores pobres. El imperativo ético del esfuerzo y trabajo que se transmite de generación en generación de trabajadores lamentablemente ha redundado en mayores ganancias para las empresas haciendo desaparecer la idea de participación en las ganancias. La tendencia de reducir a cuatro los días laborales pretende en algunos casos conciliar las contradicciones en trabajo y vida personal, trabajo y salud pública, trabajo y medioambiente, trabajo y su escasez o desaparición. Al igual que otros cambios de nuestro tiempo según la latitud será su implementación y justificación. En algunos casos justificará no pagar de más por trabajo que no es necesario y en otros repartir lo poco que hay.

Fuente: iproup.com,theconversation.com – ,mundogremial

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