Menem: La muerte no Beatifica en forma automática

Cuando alguien muere, es común escuchar Era una buena persona” pareciera que esta frase viene a saldar todas las deudas que uno ha generado a través de sus acciones en su vida y para nada es así.

Entrega del mando 1989

El fallecimiento del ex presidente y últimamente Senador de la Nación, Carlos Saúl Menem el pasado 14 de febrero, abrió un debata que durante más de 30 años había sido postergado por la misma sociedad.

Algunos analistas refieren a esa postergación del debate social a una inclinación del ser humano a la “negación” de sus propias responsabilidades.

Lo cierto es que Carlos Saúl Menem fue el presidente con más tiempo en el poder (10 años 5 meses y 2 días) y fue electo en 1989 por el 47,49 % de los votos y en 1995 reelecto con el 49,94 % de los sufragios, con el apoyo total del Peronismo y otros partidos menores aliados, apoyo total de la CGT, un respaldo inédito del sector empresario argentino (por lo menos hasta Macri) y un respaldo internacional nunca visto hasta ese momento.

En 2003 se vuelve a presentar y gana las elecciones con el 24.4 % de los votos, pero lo obliga a ir a un balotaje al que no se presenta, con Néstor Kirchner que había logrado el 22 % de los sufragios.

Su gobierno llegó en 1989 de la mano del slogan “salariazo” y “revolución productiva” entregado con 5 meses de anticipación por Raúl Alfonsín (UCR) y con un 5000 % de inflación. Con fuerzas militares conservando el poder residual de los casi siete años de sangrienta dictadura, con una guerra perdida en 1982 y  en un contexto regional de gobiernos liberales/conservadores.

Salariazo y Revolución Productiva

Reconocer esto, no revindica el gobierno de Menem. Entenderlo es intentar una comprensión histórica de los hechos. Es poder comprender el contexto en el cual asume el poder.

Ahora bien. Se podría decir que el problema no fue la forma en que se llega al poder, que en este caso fue con un amplio respaldo popular, si no el camino que se transita cuando se lo tiene.

Menem fue el Presidente del gobierno que destruyo el empleo (Asumió con un 6,5 % de desocupación y lo dejo con un 20,5 %), el que desindustrializo a la Argentina (paso del 18,3 % sobre el PBI en 1993 a menos delo 15 % en el 2000), el que amplio la pobreza a límites nunca soñados (del 29,7 % en 1992, al 40% en 1999 según datos de la Universidad de la ciudad de La Plata).

Fue el presidente de la mayoría automática de la Corte Suprema de Justicia, de la servilleta de Corach, que puso jueces como Galeano, Oyarvide, Boggiano o Bonadío. Que introdujo fiscales como Stornelli

Menem fue el presidente de los indultos, de la privatización de las empresas del Estado, del desmantelamiento de la más importante red ferroviaria de América Latina. El presidente de la AMIA y la Embajada de Israel; de la explosión de Río Tercero; del tráfico de armas con Ecuador, Croacia y Bosnia.

Condujo la privatización de las Cajas de Jubilaciones e introdujo las AFJP., privatizo diversos bancos provinciales, el Hipotecario y el Banco de Desarrollo.

También fue el presidente de las “relaciones carnales” con los Estados Unidos y de la privatización de Aerolíneas Argentinas, de SOMISA, de la venta de Y.P.F., del Correo Argentino, de las Telecomunicaciones y de Obras Sanitarias de la Nación.

Fue responsable de la desaparición de miles de pueblos en el interior del país, de la extranjerización de nuestra producción agroindustrial con la desaparición de la Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional de Carnes.

El de la desaparición de miles de Pymes en manos de la apertura de las importaciones.

Corach fue uno de los sindicados como ideólogo de la política pesquera de la década del 90

INTERESES MARITIMOS

En el tema que ocupa a este portal, los Intereses Marítimo, se podría decir que fue la continuidad del desmantelamiento del estado sin planificación y sin justificativo.

Fue el presidente que hizo desaparecer la Flota Fluvial, ELMA y la Marina Mercante. Quien habilitó la Bandera de Conveniencia y el que comenzó el proceso de entrega de nuestros recursos ictícolas en el mar argentino.

Abrió la importación de buques usados a casco desnudo destruyendo la Industria Naval. Fue el que hizo desaparecer la J.N.G. y privatizo toda su infraestructura.

Fue el que desmanteló el sistema portuario nacional, privatizando algunos, provincializando otros y  creando figuras jurídicas inexistentes, hasta ese momento, con el resto. El 3 de Junio de 1992 logra la sanción de la Ley N° 24.093 la que llamo Ley  de “ACTIVIDADES PORTUARIAS” aun vigente.

El 26 de mayo de 1992, firmo del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 817/92 de “Reorganización Administrativa y Privatización. Transporte Marítimo, Fluvial y Lacustre. Practicaje, Pilotaje, Baquía y Remolque. Regímenes Laborales. Disposiciones Generales”.

La flexibilización laboral queda manifiesta en las actividades productivas. Sin posibilidades de avanzar con la reforma utilizo el sistema Cooperativo de trabajo para lograr esa flexibilización (“precarización”) para actividades productivas como la pesca, el agro o la industria. Los convenios Colectivos de Trabajo fueron reemplazados por los “Estatutos” del asociativismo.

Mucho de lo que sucede hoy en materia de soberanía fluvial y marítima, tiene su origen en aquella política de descentralización de Menem.

Hacer un repaso de los hechos y de los contextos, no significa reivindicar nada ni a nadie.

Este hombre que, como se dijo, fue el que más tiempo ocupo el cargo de Presidente de los Argentinos, no pudo haber hecho esto solo. Lo hizo con la complicidad oculta o manifiesta de muchos. Algunos de ellos, aún hoy, ocupan cargos en el Estado.

La estrategia vino de afuera de nuestras fronteras, la táctica se desarrolló en la Fundación Mediterránea y el brazo ejecutor tuvo como comandante a Menem pero también a muchos políticos, empresarios y sindicalistas que se prestaron para ello.

A pesar del tiempo transcurrido, mucha de su “obra” está por resolverse. Los argentinos lograron con esfuerzo, retrotraer algunas cuestiones, pero falta mucho.

Murió el ex presidente Carlos Saúl Menem a los 90 años, pero la muerte no beatifica automáticamente.

Por Ricardo Alonso – Para informemaritimo.com

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