Para el gobierno fueguino, el Reino Unido muestra “intransigencia y desprecio”

La administración de Gustavo Melella, bajo cuya jurisdicción están las islas, criticó el plan británico para mantener la militarización del Atlántico Sur y acusó a Boris Johnson de desoír los llamados a poner fin a la disputa de soberanía.

El gobierno de Tierra del Fuego, bajo cuya jurisdicción se encuentran las Islas Malvinas, se sumó este miércoles a las críticas formuladas por el Gobierno Nacional a las expresiones del primer ministro británico, Boris Johnson, ante la Cámara de los Comunes, acerca de la militarización que mantendrá el Reino Unido en el Atlántico Sur.

A través de un comunicado, las autoridades fueguinas afirmaron que las declaraciones de Johnson demuestran “la intransigencia y el desprecio del gobierno británico por las normas del Derecho Internacional”, así como la “inobservancia” de los llamados a poner fin a la disputa de soberanía sobre las islas y sus espacios marítimos e insulares correspondientes.

El plan de Boris Johnson

El martes, el Gobierno británico presentó un plan de defensa que incluye la ampliación de su arsenal de armas nucleares por primera vez desde la caída de la Unión Soviética en 1991, el señalamiento de Rusia y China como principales «amenazas» para la seguridad y la ratificación de mantener una «presencia militar permanente» en las Islas Malvinas.

En respuesta, el Gobierno argentino -a través de un comunicado de la Cancillería- advirtió que el Reino Unido «debe escuchar» a la comunidad internacional que «promueve el fin del colonialismo en el mundo» y en «el particular caso de las Islas Malvinas» planteó a través de una resolución de Naciones Unidas que «el camino para la solución del diferendo por la soberanía es el diálogo bilateral».

Por su parte, el gobierno fueguino que encabeza Gustavo Melella sostuvo este miércoles queón violatoria de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, instituida por la resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 27 de octubre de 1986”.

«La presencia militar británica, sin motivo alguno más que el de mantener los últimos vestigios de un imperio decadente, es una preocupación no sólo para la Argentina, sino también para los países del área y fuera de ella».

En esa línea, el documento sostiene que “para el pueblo argentino en general y para los fueguinos en particular, no existe otro camino (para resolver el conflicto) que el de la diplomacia y la paz”.

Al respecto, el escrito da cuenta de la “permanente y reiterada disposición argentina” para reanudar el proceso negociador bilateral con el Reino Unido, “tal como lo reclama la comunidad internacional”, de modo de “hallar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía”.

Según las autoridades provinciales, el gobierno británico “continúa apelando errónea e inescrupulosamente al principio de libre determinación de los pueblos, uno de los principios más importantes del derecho internacional, como excusa para evitar cumplir con sus obligaciones internacionales y resolver la disputa de soberanía”.

Del mismo modo, el comunicado califica como “anacrónica” a la “situación colonial imperante en las Islas Malvinas” y sostiene que el principio de autodeterminación “no es aplicable a los habitantes de las Islas, por no constituir un pueblo separado de la potencia colonial, la cual expulsó por la fuerza a las autoridades y la población argentina quebrando, así, la unidad nacional y la integridad territorial de nuestro país”.

“El proceso de descolonización ha sido, y continúa siendo, uno de los éxitos más relevantes de las Naciones Unidas y su concreción definitiva es una obligación de todos los Estados. Sin embargo, actitudes como la del Reino Unido, que solo buscan perpetuar sus posesiones ilegales, atentan contra este proceso generando que en pleno Siglo XXI, aún debamos convivir con este flagelo”, concluye el documento.

Fuente: Telam

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