Presión de Estados Unidos para descarbonizar el transporte marítimo generaría disputas en la OMI

La nueva iniciativa de Estados Unidos para reducir las emisiones del transporte marítimo pondrá en marcha una búsqueda multimillonaria de combustibles no fósiles para impulsar los buques de navegación marítima, pero probablemente se enfrentará a la reacción de los países asiáticos y sudamericanos que temen el aumento de los costos de exportación, afirmó Wall Street Journal.

Estados Unidos se ha mantenido al margen del esfuerzo de varios años de la Organización Marítima Internacional (OMI) para reducir las emisiones de CO2 de los buques a la mitad en 2050 en comparación con los niveles de 2008. Pero en abril, el enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, señaló un cambio de postura, diciendo que la OMI debería impulsar el objetivo más estricto de cero emisiones en ese plazo.

«Estados Unidos se compromete a trabajar con los países de la OMI para adoptar el objetivo de lograr cero emisiones en el transporte marítimo internacional para 2050 y adoptar medidas ambiciosas que coloquen a todo el sector en la senda para lograr este objetivo», dijo Kerry durante una reunión virtual sobre el clima.

La medida forma parte de la política de la administración Biden para hacer frente al cambio climático después de que Estados Unidos volviera a formar parte del Acuerdo de París para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Bajo la administración Trump, el Departamento de Estado comunicó a la ONU en 2019 que se retiraría del acuerdo.

Divisiones al interior de la OMI

El giro de 180 grados de Estados Unidos va a poner de manifiesto las divisiones entre los miembros de la OMI cuando el organismo se reúna en 2023 para estudiar la revisión del objetivo de reducción del 50% de las emisiones, acordado en 2018, según ejecutivos del sector marítimo y funcionarios gubernamentales que participan en la organización.

Se espera que algunos miembros, como Japón y algunos países del norte de Europa, se unan a la petición de Estados Unidos de reducir más las emisiones. Pero se espera que otros, como Brasil, Argentina y muchos países africanos, presionen para obtener una compensación como condición para respaldar un objetivo de reducción de emisiones más ambicioso.

Los países sudamericanos temen que el costo de la exportación de productos cárnicos, productos frescos y materias primas se duplique como mínimo si los buques tienen que funcionar con combustibles no fósiles, que actualmente cuestan aproximadamente 10 veces más que el petróleo convencional.

«El objetivo de la OMI de una reducción del 50% es ya un objetivo muy ambicioso», dijo Lars Robert Pedersen, secretario general adjunto del organismo de comercio marítimo BIMCO.

Estados Unidos no es uno de los países que dominan el negocio del transporte marítimo, ya que está por debajo de Grecia, China, Japón y Corea del Sur. Pero el cambio a los combustibles no basados en el carbono tendría un costo estimado de 3 billones de dólares de en todo el mundo, y los armadores que deseen obtener fondos para renovar sus flotas -algunas de las cuales cotizan en Nueva York- deben prestar atención a la normativa estadounidense.

Es probable que China se sume a los países en desarrollo en la búsqueda de excepciones a cualquier nuevo requisito o en la presión para obtener apoyo financiero y transferencias de tecnología para facilitar la transición a los nuevos combustibles para buques, según personas familiarizadas con las deliberaciones de la OMI.

«Si bien es alentador ver que más países presionan para aumentar el nivel de ambición hasta acercarse a cero, es necesario garantizar que nadie se quede atrás, lo que significa que se requerirá más apoyo a otros países para lograr ese objetivo más ambicioso», dijo Roel Hoenders, jefe de contaminación atmosférica y eficiencia energética de la OMI. «Definir y acordar ese apoyo será una cuestión compleja».

30 años no es mucho tiempo

Muchos en el sector se muestran escépticos sobre si el objetivo de cero emisiones para 2050 es alcanzable, incluso algunos que lo aprueban.

Treinta años puede parecer mucho tiempo, pero el objetivo es ya una prioridad para los propietarios de los aproximadamente 60.000 buques oceánicos que mueven la mayor parte de los productos manufacturados del mundo. Los buques suelen tardar unos dos años en ser entregados y permanecen en funcionamiento durante unos 25 años, por lo que las decisiones de compra que tomen hoy las empresas navieras podrían tener importantes repercusiones financieras a medida que se endurezcan las normativas sobre emisiones.

Algunos operadores están recurriendo a los buques que funcionan con gas natural, por considerarlos una solución provisional más limpia que el combustible convencional, mientras que otros están esperando a que la tecnología de cero emisiones sea rentable.

Pero la búsqueda de una alternativa que funcione para todo el sector está todavía en una fase inicial. Se están probando motores de barco que funcionan con amoníaco, hidrógeno y biocombustibles, pero los combustibles aún no están disponibles en los volúmenes necesarios, y todos presentan posibles inconvenientes. Los tanques de hidrógeno ocupan mucho espacio de carga, el amoníaco es muy tóxico si se derrama en el agua, y algunos biocombustibles exigen que se dediquen grandes extensiones de tierra de cultivo a plantas como la caña de azúcar, lo que conlleva su propio potencial de daño medioambiental.

Lograr una disponibilidad generalizada de combustibles renovables para 2030 facilitaría el acercamiento a cero para 2050, dijo Hoenders. «Se trata de alcanzar ese umbral en el que los combustibles estén disponibles, los precios sean razonables y entonces se verá una aceptación masiva».

Pedersen, de BIMCO, se mostró de acuerdo en que el transporte marítimo neutro en carbono es técnicamente posible, a pesar de su escepticismo sobre el ambicioso calendario recientemente establecido por la administración Biden.»Todavía no sabemos cómo hacerlo, pero no es imposible. Si se puede hacer que un buque sea neutro, se pueden hacer todos, siempre que la economía tenga sentido», afirmó.

Por Mundo Marítimo

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