«Si no sabes cantar cerra el pico, le dijo el canario al loro» Papelón de Concejal de Puerto Deseado.

El pedido que causó incomodidad y un sentimiento de vergüenza ajena entre los presentes habría sido efectuado por la edil Mónica Vila, en el marco de la visita que, el Consejo Federal Pesquero realizó a esta localidad el pasado 5 de marzo.

Presidenta del Concejo Deliberante de Puerto Deseado
Mónica Vila

La historia publicada por el portal Mar&Pesca fue chequeada con integrantes del Consejo Federal Pesquero, quienes a pesar de los días lo cuentan como una anécdota risueña.

De acuerdo a lo relatado por el portal de noticias, durante una reunión con el órgano colegiado, la presidenta del Honorable Concejo Deliberante de Puerto Deseado, Mónica Vila le dijo a los integrantes del CFP “Como concejal que represento a mi pueblo estoy al tanto de la depredación que hay en nuestro mar, del pescado que se tira al agua, entonces ahora que están los poteros pescando calamar voy a pedir que se haga algo para que la fauna acompañante del calamar sea traída al puerto, para que estos poteros no sigan arrojando el by catch porque es alimento para el pueblo”, según contó una fuente municipal.

Tras detallar los pormenores de la reunión celebrada en el Centro de Jubilados de la localidad portuaria, la fuente, reconoció que fue el propio subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Liberman quien se encargó de aclararle a Vila que los poteros pescan de manera selectiva y por lo tanto el calamar que sube a bordo no tiene fauna acompañante. “La gente miraba nomas, los consejeros estaban en silencio y Liberman se tomó su tiempo para explicarle, fue muy didáctico, sorteó cómo pudo la situación”, contó la fuente.

Mas allá de lo risueño de la situación, hay que reconocer que, aunque con poca información sobre artes de pesca selectivos, lo de la Concejal Vila no deja de tener validez en su reclamo.

Claramente, no es en la pesca del calamar, donde se produce el By Catch, pero si en la pesca del Langostino y de la Merluza, con toneladas de pescado tiradas al mar por no ser la especie objetivo de las empresas, y lo que es peor, con la complicidad de armadores, capitanes, autoridades etc.

Obviamente que los empresarios pesqueros (no vinculados a la pesca del calamar) y los funcionarios del área presentes en la reunión, deben haberse reído mucho con el error de Vila, pero también les ha servido para esconder los pecados propios.

Cuando el mutismo irresponsable se convierte en amenaza, a veces es preferible un loro que grite a un millón de canarios en silencio.

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