Sin una Organización Regional de la Pesca no habrá una gestión pesquera eficaz en el Atlántico Sur

La falta de regulación y de cooperación internacional supone un lastre para la gestión pesquera sostenible en aguas de FAO 41, en el Atlántico Sudoccidental y fuera de la ZEE de Argentina, según se desprende de las conclusiones del último seminario del proyecto europeo FarFish, centrado en la pesca en la región.

Esta iniciativa, que tiene por objetivo proporcionar conocimientos, herramientas y métodos para apoyar la pesca responsable, sostenible y rentable de la UE fuera de las aguas europeas, está liderada por el centro islandés Matis y cuenta con la participación de LDAC (Consejo Consultivo de la Flota de Larga Distancia de la UE), Anfaco, Opromar, CSIC y Cetmar.

La necesidad de impulsar una OPR en la región –y las dificultades que entraña este proceso, debido a las tensiones geopolíticas de la zona– fue otro de los temas abordados en el encuentro, coordinado por Cetmar, y que contó con la participación de representantes de la ciencia, la administración y el sector. El seminario reunió a representantes de España, Malvinas, FAO, IEO, la organización Global Fishing Watch y sector español, entre otros, pero a ninguno de Argentina.

“La inexistencia de una ORP impide conocer el estado de explotación pesquero de la zona”, según Antonio Lizcano, del Mapa. 

“La zona está sometida a una importante presión pesquera y una enorme pesca ilegal por parte de flota asiática, de China, Corea y Taiwán, al no existir ninguna limitación legal a esta preocupante expansión”, indicó Antonio Lizcano, de la Subdirección General de Acuerdos y Organizaciones Regionales de Pesca del Gobierno. Lizcano trasladó la preocupación que supone la alta concentración de buques en la conocida milla 201 de Argentina, tanto para el Gobierno argentino como para España, dados los fuertes intereses españoles en la zona, donde operan 24 arrastreros españoles que capturan 200 000 toneladas anuales y generan 500 millones de euros en primera venta.

Lizcano dio cuenta de los intentos por poner en marcha una ORP en la región, la única del mundo de alto interés pesquero que no cuenta con una figura de gestión de este estilo, y recordó los bloqueos por parte de los países ribereños.

Presencia de buques pesqueros en la milla 201, el pasado 23 de febrero. Foto: Marine TrafficPresencia de buques pesqueros en la milla 201, el pasado 23 de febrero.

En estos momentos, dijo, la esperanza está depositada en la Copaco, la Comisión de Pesca para el Atlántico Centro-Occidental, y la posibilidad de que extienda su área de gestión hacia el sur. “La inexistencia de una ORP impide conocer el estado de explotación pesquero de la zona”, apuntó, recordando el impulso desde 2018 a la cooperación entre España y Argentina para “frenar la pesca descontrolada” en la zona. “Las pesquerías tiene un elevado potencial de explotación sostenible y es necesario asegurar la certidumbre”, indicó el representante de la Secretaría General de Pesca.

Por su parte, el investigador de IEO José Luis del Río insistió en que “la cooperación científica en la zona es escasa, prácticamente inexistente”. Así, indicó que la puesta en marcha de una ORP sería “recomendable” para “realizar una buena ordenación pesquera”. Al menos, abogó por estrechar lazos en materia científica entre todos los países con intereses pesqueros en la región. “Es imprescindible”, dijo.

EL SECTOR PIDE COOPERACIÓN

El sector respalda la petición. “Es imprescindible dedicar todos los recursos necesarios a la investigación”, destacó Javier Touza, presidente de Arvi y de Acemix, la asociación pesquera que aglutina los intereses de las sociedades mixtas. Touza indicó que sin un conocimiento detallado sobre los recursos y el impacto pesquero no se podrá avanzar en una gestión efectiva. Touza indicó que acabar con la impunidad a la pesca IUU en la región requiere coordinación entre “industria, ciencia y administraciones”, pero también dejó claro que “todo lo que hagamos en alta mar va a tener su impacto en las comunidades costeras”, dijo.

ENFRENTAR LAS TENSIONES POR EL BIEN DE LA PESCA

Alexandre Rodríguez, secretario general de LDAC, el Consejo Consultivo de la Flota de Larga Distancia, cerró el encuentro recopilando algunas de las ideas vertidas durante el seminario, que reunió a más de 100 personas de manera telemática.

“Hay una necesidad de cooperación internacional en investigación, una sensación de que compartir datos para especies comerciales como el calamar illex o la merluza hubbsi es fundamental, y que hace falta cooperación para desarrollar acuerdos de gestión”, indicó Rodríguez.

El representante del consejo consultivo se hizo eco de la petición de “un marco legal internacional para que haya cooperación en la zona” y de “hacer frente a las tensiones políticas en la zona con más datos sobre la pesca”. “Debe de haber un intercambio de información”, finalizó. 

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