Además, la Terminal Granelera de Montevideo cedió su espacio en el puerto hasta mediados de enero para amurar embarcaciones.
Finalmente, las autoridades de la Administración Nacional de Puertos encontraron un mecanismo que posibilitará que varios buques de pesca, sobre todo españoles, puedan recalar con normalidad en el puerto de Montevideo, aprovisionarse, efectuar los trabajos de mantenimiento necesarios y rotar sus tripulaciones.
La ANP se reunió días pasados con la Cámara de Industria Pesquera del Uruguay (CIPU) que quedó conforme con la solución encontrada. El dispositivo se extenderá hasta mediados de enero, fecha en la que los buques volverán a zarpar.
«Se hizo lo imposible por atender a todos y finalmente se logró la fórmula», confió a LA REPÚBLICA Horacio Lannes, gerente de Operaciones y Servicios de la ANP. La solución, que había sido adelantada ya a este medio en forma provisoria, consiste por un lado, en desviar a las embarcaciones hacia una zona de fondeo nueva, frente a Capurro.
Esto posibilita que las embarcaciones fondeen en un área segura donde puedan esperar turno para ingresar a puerto. Además, si fuera necesario, podrán ser atendidas en la zona. Por otra parte, la Terminal Granelera de Montevideo cedió su espacio en el puerto capitalino debido a que hasta mediados de enero no va a recibir barcos. «Mediante un decreto especial se permite que vayan buques de pesca a atracar ahí.
El acuerdo está comprendido en los términos de la concesión. Eso permite tener otro pulmón en el puerto, ahí pueden ir hasta 6 barcos más», agregó Lannes. A la nueva zona de fondeo, se derivarán alrededor de 6 barcos, casi todos de bandera española; otro tanto irá a muro para descarga y después hay otros 6 navíos que requieren distintos tipos de reparación.
Estos últimos serán derivados a los lugares disponibles para encarar reparaciones mayores. En total, se trata de alrededor de unos 15 barcos que van a ir rotando, según las necesidades, afirmó Lannes.