Una investigación determina la huella de la pesca de arrastre de fondo de China y la «efectividad» de sus medidas de gestión

Los líderes chinos realmente quieren hacer un cambio, así que mi intención con este documento es: si quieres hacer un cambio, necesitas conocer tu historia. 

Un artículo publicado recientemente por investigadores del Instituto de Océanos y Pesca (IOF) rastreó los cambios en las políticas de pesca de arrastre de fondo de China desde la década de 1950 hasta la actualidad con el fin de valorar cómo estas han influido en la evolución de la flota de arrastre de fondo y de determinar la huella de arrastre del país. “China afirma liderar el desarrollo pesquero sostenible.

¿Qué ha hecho durante las últimas siete décadas?» dijo Xiong Zhang, investigador postdoctoral de la IOF que dirigió el estudio.

Al analizar los cambios de la política implementada por el gobierno chino en esos años, los investigadores constataron las dificultades de administrar la pesca de arrastre de fondo en China, que opera una las flotas de arrastre de fondo más grandes del mundo, y que opera tanto en sus aguas como en las costas extranjeras de África, Asia y Oceanía.

La investigación se hace eco de los datos del gobierno chino que apunta que en 2018, los arrastreros nacionales desembarcaron 4,9 millones de toneladas de capturas, casi la mitad de las capturas marinas nacionales registradas en el país.

En ese año, estaban registrados 28 364 arrastreros en China, con una potencia total de 6,1 millones de kW1; estos dos valores representaron el 18 % y el 44 %, respectivamente, de la cifra de todos los buques pesqueros chinos, apuntan los investigadores. Mientras tanto, China informa que opera 2654 buques en aguas lejanas en todo el mundo, especialmente África, Asia y Oceanía, y muchos de ellos son arrastreros de fondo. No obstante, los datos de Overseas Development Institute sugieren que las cifras reales son 4 o 5 veces superiores a las oficiales.

El informe apunta que desde la década de 1970, China ha implementado gradualmente políticas pesqueras más orientadas a la sostenibilidad que, en teoría, limitan la pesca de arrastre de fondo. Sin embargo, los investigadores encontraron que estas medidas políticas no han sido efectivas para restringir el arrastre de fondo, ya que el cumplimiento de ellas es bajo y China carece de un sistema sólido de recopilación de datos para la pesca.

“Existe una demanda creciente de pescado y de harina de pescado, por lo tanto, existe un fuerte incentivo para seguir invirtiendo en la pesca de arrastre”, explica el investigador, que añade que “no se puede simplemente detener la pesca de arrastre de fondo por completo ignorando el hecho de que la industria tiene incentivos para crecer”, dijo Xiong. 

Un estudio de One Earth del que nos hicimos eco en Industrias Pesqueras, estima que en 2030 China necesitará entre 6 y 18 millones de toneladas adicionales de productos pesqueros para cubrir el consumo doméstico estimado, una cantidad que supone un aumento de entre el 9 y el 27 % con relación a los datos actuales.

El informe analiza cómo puede cubrir China esta demanda y recoge tres opciones: la primera se centra en intensificar la producción de acuicultura; la segunda en aumentar las importaciones de productos pesqueros; y la tercera expandir la industria pesquera en aguas lejanas. 

El documento también describe los pasos que China puede tomar para reducir su huella ecológica. Y ahí entra el consumidor. “Una de mis sugerencias, o ideas extraídas de la historia, es que hay que llamar la atención del público en general, de los consumidores, porque pueden impulsar el cambio en la industria, pueden motivar a algunos de los principales líderes a realizar cambios, a hacer cumplir las leyes y políticas. Esa es una esperanza, que China eventualmente pueda avanzar hacia la sostenibilidad”, dijo Xiong.

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