Por estos días, Gabriel Felizia Presidente del Consorcio Portuario de Mar del Plata, no tiene respiro. A los casos de Covid 19 que se repiten constantemente, en especial con el personal embarcado y ahora con la aparición en algunos Estibadores, debe agregarle la necesidad de gestionar las urgencias que le propone las particularidades del puerto marplatense.
El Dragado es una de esas urgencias, por que los tiempos se van agotando. Su objetivo fue, desde el primer momento, llegar a fin de año con la obra iniciada o al menos licitada. De echo la documentacion administrativa y tecnica que debe incorporar un proceso licitatorio, ya esta casi terminada y el financiamiento «casi» acordado con Nación.
Esto le permite disponer de unos ochenta millones de pesos para responder a las urgencias cotidianas, llamense pavimentos, iluminación, terminar la red de agua y ampliar la red cloacal.

En dialogo con informemaritimo.com, Felizia confirmo el avance en los pliegos de la licitación y los resultados de las batimetrías realizadas por el Consorcio, que dan cuenta de la necesidad de retirar aproximadamente 460.000 metros cúbicos de sedimento de distintas categoría. «ahora estamos en 460 mil, y calculamos un aporte de 20 mil por mes, igualmente estamos haciendo una nueva batimetría, al rededor del 20 de este me para definir el volumen a dragar».
Consultado si la opción es la draga Dasa I, manifestó » Es una de las posibilidades, la empresa DASA. S.A. ofrecio sus servicios. Se trata de una draga de bandera nacional (la única), nueva con apenas 4 años, de 2.700 m3 de capacidad, que esta terminando su tarea en el puerto de La Plata, luego va a puerto Buenos Aires a hacer un trabajo y ya quedaría disponible. Igualmente hay que ver si técnicamente esta en condiciones de hacer el trabajo que requerimos y si es así, posteriormente someterse al proceso licitatorio, no obstante seguimos buscando otras opciones para tener mas oportunidades«.

Lo cierto es que, si esta Draga reúne las condiciones administrativas para presentarse en la licitación, y cumple las condiciones técnicas para realizar la tarea necesaria (retirar 550 o 600 metros cúbicos a fin de año – volumen aproximado resultante de seguir la teoría que maneja Felizia de 20 mil metros cúbicos de aporte mensuales – que pueda cumplir con los plazos de obra y, lo que es mas importante, que tenga la capacidad de operar en mar abierto, será muy difícil que no se quede con el trabajo, ya que tendrá una clara ventaja con el resto de las empresas dragadoras, por ser la única que enarbola pabellón nacional.
La reglamentación requiere que, para realizar una obra de dragado debe agotarse la instancia de equipos con bandera nacional. Si no hubiera disponible, se solicita una autorización – Solicitudes de excepción al Cabotaje – a la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante, para contratar embarcaciones de otras banderas.
Así las cosas, como se trata de un trabajo de mantenimiento y no de una obra estructural, se van disipando los nubarrones en este tema. Tiempo no sobra, pero si las fichas del dominó comienzan a caer en el mismo sentido Gabriel Felizia, habrá logrado deshacerse de una mochila muy pesada y poder pensar en otras cosas como ¿que hace con los silos?, ¿como continua con el plan de reflotamiento y desguase? o ¿como encara la construcción de los espigones 8 y 9?
Lo bueno es que la Reserva Natural ya no necesita pasarelas.
