DRAGADO Y ESPACIOS OPERATIVOS.

El eterno dilema del Puerto de Mar del Plata


Gabriel Felizia, asumió la presidencia del Consorcio Portuario hace algunos meses, algunos menos que la aparición de esta pandemia que nos tiene a muchos, encerrados a la espera de la vacuna que termine esta pesadilla. Una pesadilla parecida a la que tuvo a muchos presidentes gambeteando con escusas las faltas de respuestas para los operadores portuarios.
Desde la propia creación del ente administrador, el Dragado ha sido un tema sin solución, o mejor dicho, con soluciones de emergencias y parciales, mas allá de la voluntad de algunos presidentes en buscar soluciones, la realidad marco que este es un problema de plata ( si se quiere financiamiento).


Quequén y Bahía Blanca, encontraron la vía de solución a través de un fideicomiso que les ha dado muy buenos resultados, a tal punto que hoy son los dos puertos marítimos de aguas profundas mas importantes de la Argentina, y dos de los mas importantes de latinoamerica. A pesar de los 2.5 km que tiene su canal de acceso, sus 50 pies de profundidad garantizan la correcta operatividad del puerto quequense y prueba de ello son las 700.000 toneladas movidas en el mes de agosto.


Algo parecido sucede con el Puerto Bahiense que en estas horas esta cumpliendo su aniversario 27 como puerto autónomo.


Para que esto suceda, hubo una previa e importante inversión estatal, con la prolongación de la Escollera Sur, y después una clara política de crecimiento avalada por las inversiones de los propios interesados, con aporte dinerarios al fideicomiso que a los postres permitió los 50 pies de profundidad.


En cambio en el Puerto de Mar del Plata se sucedieron un compendio de errores y de diagnósticos equivocados. Un operador portuario me dijo un día «Todos saben que, nadie sabe como»

Draga 259-C Mendoza de la DNDYB


Desde la decisión de Eduardo Pezzatti de cambiar la Ley Nº 26.318 de Financiamiento de la Emergencia y Dragado Profundo del Puerto de Mar del Plata, por una draga permanente que nunca Dragó (259-C Mendoza), hasta la «el puerto autosustentable» pregonado por Martín Merlini que termino dejando a la terminal portuaria, cuatro años después, con los mismos problemas que había cuando llego.


Lo mismo sucede cuando se habla de la infraestructura. Los reclamos de los operadores son una constante y se repiten con cada administración.
Los armadores se quejan y con razón, porque no hay espacio suficiente para los, aproximadamente, 350 buques con puerto de asiento en Mar del Plata, a los que hay que agregar el buque porta contenedores que llega a la Terminal de TC2 dos veces por semana, también se suman anualmente un número de poteros que vienen a operar cuando el Calamar se encuentra en lo que se conoce como el stock norte, y que si todo marcha bien, continúan hasta el final de la zafra. Para colmo, la necesaria «renovación de la flota», hace que salgan pesqueros con otros puertos de asiento e ingresen, en su reemplazo, buques mas grandes y con asiento local.


Esta cantidad de buques hace que operar en el puerto marplatense, se convierta en una lucha diaria y milagrosa para conseguir un lugar «a pié de muelle» para descargar o realizar una reparación.


Tengamos en cuenta que en materia de infraestructura portuaria (muelles operables y de amarre), la de Mar del Plata es la misma que cuando los franceses la diseñaron y entregaron como obra finalizada.

Estudios internacionales y consultorías sobraron, lo que nunca hubo para Mar del Plata fue plata para obras importantes. La única inversión de mas de 100 millones, fue el Dragado del gobierno de Scioli cuando la aventura de la Draga Mendoza fracaso estrepitosamente y el diario La Nación amenazaba con su tapa. Vale aclara que la única plata que apareció, fue la mitad del estado Nacional, porque la de la Provincia quedo sin pagar en una parte importante.


Estirar el Espigón 3 (donde se encuentran los Elevadores), la construcción de dos Espigones más (8 y 9), la reparación del rompeolas de la Escollera Norte, son obras diseñadas, pensadas y, a la fecha, una de las deudas pendientes de las distintas gestiones.


Gabriel Felizia parece no tener slogans pero tampoco querer ser uno más. Prueba de ello, es que en pocas semanas y en silencio, pudo encaminar la extracción de los buques inactivos (Comenzó con el Chiarpesca en SPI y seguirá con otro en el varadero de Tecnopesca) algo que su antecesor no logro en 4 años, y eso que no tuvo que lidiar con las causas judiciales que pesaban sobra la anterior obra de extracción del año 2004/2007 con la gestión de Sergio Fares y la Gobernación de Felipe Solá, que fue, el que en definitiva terminó poniendo la plata.


También es verdad que no se ha escuchado a ningún armador pesquero proponer hacer un fideicomiso para que, cuando quede algún buque sin permiso de pesca (El valor mas importante finalizada la vida útil de la embarcación) «amarrado en un muelle operativo» poder tener fondos para encarar su extracción y desguase. Esta tarea es obligatoria para el propietario, pero bueno, el uso y costumbre dice que se los deja arrumbados y terminan hundiéndose y a eso hay que buscarle una solución.


Seguramente la gente de la Terminal de Contenedores TC 2 me dirá, «nosotros hicimos una propuesta de inversión y nunca nos contestaron», si es verdad, pero la realidad es que los silos siguen juntando ratas y ni idea de lo que pasará.


También aparecerán los dueños de Manolo y dirán «presentamos una propuesta para la Manzana delos Circos» y es verdad. Pero eso no tiene nada que ver con el desarrollo productivo pregonado por el Gobernador Kichilof y su ministro Costas.


Esperemos que a Felizia no se le ocurra poner estos temas en debate en el Consejo Consultivo (integrado por mas de 50 miembros) porque seguramente todos estarán de acuerdo en que es sumamente necesario lo que se detallo en esta columna.


Ahora si; que no se caiga el Beneficio a los Poteros porque se va trabajo a otro puerto; Que no se aumenten las tarifas de uso de puerto porque aumenta los costos operativos de las empresas pesqueras; Que no se aumente el canon de los permisionarios porque están en estado crítico por la pandemia.


En resumen, lo que soluciona «el eterno dilema del Puerto de Mar del Plata», es que aparezca la plata y (como siempre) la tendrá que poner el Estado Nacional o Provincial.

Por: Ricardo Alonso

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