Los mares y Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) son áreas muy grandes donde los satélites constituyen la única herramienta efectiva de vigilancia. El Radar de Apertura Sintética (SAR) es usado con frecuencia en aplicaciones marítimas, ya que presenta ventajas interesantes como la capacidad de tomar imágenes de día o de noche y ver a través de las nubes. En el caso de observación del océano, el SAR tiene una habilidad excelente para registrar lo que ocurre en la superficie marítima, tanto si esta relacionado con la dinámica oceánica como si se trata del monitoreo de actividades humanas. No obstante, la interpretación de imágenes SAR puede ser un reto, ya que nuestros ojos no están siempre familiarizados con este tipo de información.

“De alguna manera, el sensor y el océano “hablan” entre si. Debemos aprender este lenguaje para entender que nos esta intentando indicar una imagen SAR”
Cuando tratamos de detectar derrames de hidrocarburos en el mar, nos aprovechamos del hecho de que las películas oleosas atenúan las ondas capilares superficiales. Las ondas capilares son pequeñas olas formadas por el viento con un tamaño del orden de pocos centímetros. La atenuación de estas pequeñas ondas provoca un efecto “espejo” en la superficie marina, por tanto una región de baja retro-dispersión radar. Las manchas de petróleo suelen verse como una región de color gris oscuro o negro. Esta forma de visualización puede provocar 2 errores de percepción para observadores de la imagen: el primero, la asociación subconsciente de este color negro con el color negro al que estamos familiarizados en grandes derrames y accidentes. Desfortunadamente, películas de muy poco espesor pueden provocar una visualización similar, por lo que la oscuridad de los píxeles no otorga información acerca del espesor de la película o su cantidad. Los hidrocarburos tienden a esparcirse mucho cuando son derramados en el mar y solo las capas de gran espesor muestran este color negro cuando son observadas al natural. La segunda percepción engañosa proviene de interpretar que todos los pixeles oscuros de la imagen corresponden a una mancha de aceite mineral. Como se ha mencionado, numerosos procesos tienen la capacidad de modular la rugosidad superficial del mar, algunos de ellos creando patrones con apariencia similar a un derrame. El más común de ellos está asociado con la dimensión biológica de los océanos. Afortunadamente para nosotros, las aguas oceánicas están pobladas por plancton, lo que hace posible la vida en la tierra. Estas pequeñas criaturas intercambian sustancias químicas con su entorno, algunas de las cuales son aceites naturales que tienden a agregarse en la superficie en condiciones de calma. Estas películas naturales son muy comunes y son excelentes trazadoras de otros fenómenos físicos como los frentes oceánicos, los vórtices, los afloramientos de aguas profundas o las ondas internas. Por tanto, el análisis de imágenes SAR debe ser realizado con cuidado, información auxiliar y años de experiencia para entregar un resultado de calidad. La imagen a continuación muestra una imagen SAR tomada 3 meses antes del accidente del buque Wakashio en Islas Mauricio -izqda- y otra tomada la semana que el buque comenzó a derramar combustible al mar -dcha-, revelando como un bajo nivel de retro-dispersión no puede ser el único elemento tenido en cuenta para un análisis de calidad.
Juan Peña Ibañéz
CEO Orbital EOS, Master en Teledetección y Analísis de Datos, Licenciado Oceanografía
info@orbitaleos.com