Un buque tanque con 1,3 millones de barriles de crudo se hunde en el Caribe

l Nabarima, una unidad flotante de almacenamiento y despacho de crudo (FSO), con 1,3 millones de barriles de petróleo, está a punto de hundirse con su cargamento en el golfo de Paria, estado Sucre, frente a las costas del oriente de Venezuela. Se trata de una bomba de tiempo que podría engrosar la larga lista de accidentes de gran impacto ambiental que han venido ocurriendo en instalaciones de Petróleos de Venezuela, debido a la falta de mantenimiento, la corrupción, la politización y la pésima gerencia que han caracterizado a esa empresa durante los 20 años de dictadura chavista.

La denuncia fue hecha por Eudis Girot, director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpve). El dirigente aseguró que las condiciones del FSO Nabarima son «pésimas» y sus equipos se encuentran totalmente deteriorados. Agregó que la cubierta inferior y los equipos están a tres metros bajo el agua.

A estos señalamientos se sumaron voceros de la asociación civil Gente del Petróleo, formada por extrabajadores de la petrolera. Recordaron que este tipo de incidentes se están volviendo muy común en la empresa.

La instalación flotante de almacenamiento y descarga (FSO) de Nabarima, operada por la empresa mixta Petrosucre, una asociación entre la estatal venezolana PDVSA y la italiana Eni. Foto tomada el 16 de octubre de 2020.

El FSO Nabarima es una de las facilidades Costa Afuera con las que cuenta el Campo Corocoro, ubicado en el Golfo de Paria Oeste, el cual es operado por la empresa mixta Petrosucre, S.A. La firma cuenta con una participación accionaria entre la estatal PDVSA (74%) y la italiana ENI (26%). Este campo está actualmente cerrado. En él no se realizan operaciones de producción desde hace casi dos años. Actualmente, se estima que el Nabarima cuenta con un volumen almacenado muy cercano a su capacidad máxima de 1,3 millones de barriles. La carga ha estado allí desde hace más de un año, luego de cesar las operaciones de producción en el campo.

Petrosucre, a través de PDVSA, tenía un contrato de fletamento con la empresa noruega Knutsen Group, para realizar las operaciones de trasegado y transporte del crudo vendido. No obstante, tras las sanciones impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC) contra PDVSA, este contrato cesó. La empresa no puede extraer ese crudo. No cuenta con el equipo necesario para ello, y además carece de acceso al mercado internacional de servicios, debido a las restricciones.

El FSO Nabarima es una unidad de casco doble, lo que le brinda cierto margen de seguridad. Sin embargo, de acuerdo con las denuncias de los propios trabajadores de PDVSA, sus principales equipos de procesos, control, auxiliares y seguridad, están inoperativos, producto de la falta de mantenimiento e incapacidad gerencial. Además, actualmente está siendo operado solo por unas 5 personas, cuando se está diseñado para ser manejado hasta por 80. Todo esto, generan un creciente riesgo de que se produzca un incendio, explosión o incluso el colapso de la estructura del barco.

Acfiman y ANIH, advirtieron que este tipo de incidentes están “comprometiendo aún más los recursos naturales, la diversidad de nuestros ecosistemas, la salud de las comunidades y la actividad económica de las zonas afectadas”.

En el texto denuncian la violación continuada de la legislación nacional e internacional en materia de petróleo y ambiente. Dijeron que estas irregularidades están constatadas en el aumento de la frecuencia y la extensión de los accidentes previsibles y controlables. «Es público y notorio que los derrames de petróleo dejaron de ser la excepción en la operación y desempeño ambiental de PDVSA», acotaron.

La Sociedad Venezolana de Ecología está monitoreando la situación. Advierten que si el FSO Nabarima se hunde, podría desencadenar el peor desastre ambiental marino en la historia del país y afectar las costas de Trinidad y Tobago.

Mientras tanto, la estatal venezolana Petróleos de Venezuela planea descargar crudo de la instalación flotante “Nabarima” mediante transferencia de barco a barco, en medio de preocupaciones ambientales, dijeron el lunes dos personas familiarizadas con el asunto.

Petrosucre suspendió la producción poco después de que Washington sancionara a PDVSA en enero de 2019, ya que las medidas privaron a la compañía de su principal comprador de crudo: Citgo Petroleum Corp, filial de refinación de la empresa venezolana en Estados Unidos.

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