Una fantacía que cumplió 10 años, la Terminal de Cruceros.

La obra se construyo en el Gobierno de Daniel Scioli y tubo el impulso «prometedor» del ex-intendente Gustavo Piulti. Nunca pudo utilizarse para los fines anunciados, tuvo un costo de 7 millones de dólares y terminó de inaugurarse en el verano de 2012.

A pesar de su destino, el espacio debutó con el ingreso de una nave en 2014. El Ocean Diamond, de 124 metros de eslora y colmado de turistas chinos que venían de la Antártida, hizo escala de emergencia. Los pasajeros desembarcaron en muelles destinados a buques pesqueros, zigzagueando entre pescadores y obreros navales.

Tras ese escenario, la terminal pasó a tener otras funciones. Durante algun tiempo, el Municipio, a cargo de Carlos Arroyo, lo usó como playón de la Dirección de Transporte y Tránsito. Mar tarde desembarca la Policía Federal Argentinar, tras una disposición del Ministerio de Seguridad, para terminar como sede de la Agencia Regional de la Policía Federal.

En la planta baja cuenta con un amplio hall y dependencias para el funcionamiento de todos los organismos de control para el ingreso y egreso de pasajeros (Aduana, Prefectura, Migraciones, etc.). En planta alta, espacios para gastronomía cubiertos y al aire libre, con una predilecta vista al mar y a paisajes de la zona.

La fantacía de Scioli, Pulti, Dell Olio y Pezatti duró muy poco y nos costo millones de dólares. La imagen que fomento el delicio de estos funcionarios. Vista desde Playa Grande del Crucero Costa Alegra, de 176 metros de eslora, amarrado en la Escollera Norte en el verano del 2020

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