Los excelentes resultados del “Monteferro” en cuanto a rendimiento, operatividad y navegabilidad, han hecho que la armadora no haya dudado ni un solo momento en repetir un barco con el mismo diseño conceptual, en el que sobresale de manera evidente su proa invertida, especialmente pensada para condiciones de trabajo con mala mar.
Tampoco ha dudado a la hora de repetir con Nodosa Shipyard, astillero del que destacan su profesionalidad. Y la mayoría de los equipos son réplicas mejoradas de los incorporados en el “Monteferro”, lo que facilita la gestión de recambios.
El “Montelourido” es un arrastrero congelador de última generación que se centrará en la captura de calamar en aguas del Atlántico Sur pero también está preparado para la pesca de especies demersales y la elaboración a bordo.
Con 63,70 metros de eslora por 12 de manga, los puntos fuertes del “Montelourido” con relación al “Monteferro” son la mayor eficiencia energética, la mayor potencia del motor, el aumento en la capacidad de congelación y bodega y los equipos de pesca más potentes. Precisamente han sido el principal reto para la construcción de este nuevo buque, pues se trataba de incrementar capacidades sin variar el volumen de arqueo, que se mantiene en menos de 1500 GT, explica Nodosa Shipyard.
Además, debido a la diferencia temporal de contratación respecto a su predecesor, el “Montelourido” se beneficia de las innovaciones y adaptaciones que han aparecido en el mercado y en el caladero entre ambas construcciones, poniendo especial énfasis en todas aquellas que redundan en mayor confort para la tripulación, respeto medioambiental y eficiencia energética.
Todos los suministradores han incluido novedades y han tenido que hacer frente a nuevos retos. El parque de pesca se ha diseñado para cuatro líneas: cefalópodos, pescado HG, pescados planos y tronquito.