El buque potero Mishima Maru N° 8, finalmente amarro en el puerto de Comodoro Rivadavia, y el operativo de traslado de la tripulación se hizo desde el muelle de ultramar al albergue municipal de Km 3 de la misma ciudad.
Participaron del operativo realizado en la tarde del día de ayer, personal de Prefectura Naval de Comodoro Rivadavia y de Defensa Civil de la Municipalidad.
El potero Mishima Maru N°8 atracó la madrugada del viernes con 30 personas a bordo, dos de los cuales se encontraban en estado delicado. Pocas horas después se autorizó que los dos marineros más afectados por el virus pudieran ser hospitalizados.
Pese a la negativa de las autoridades portuarias de Comodoro Rivadavia, el pesquero con 22 de sus 30 tripulantes con COVID ingresó al puerto de Comodoro aduciendo “ayuda humanitaria”.
El capitán de la embarcación, Rubén Meloni había recibido la orden de fondear en la rada exterior, pero ante la gravedad de la situación y con el respaldo de la Asociación de Capitanes procedió a ingresar bajo su exclusiva responsabilidad, explicando que corría riesgo su tripulación.
El traslado de los trabajadores de la pesca, corrió por cuenta del armador del buque pesquero, la firma Moronti S.A. que tiene su domicilio legal en la cuidad de Mar del Plata.
En tanto la Asociación de Capitanes emitió un comunicado donde anuncia un paro de actividades para este lunes como “consecuencia del trato inhumano que están recibiendo el personal embarcado en el pesquero Mishima Maru, amarrado en el puerto de Comodoro Rivadavia”
En el comunicado responsabilizan a la Administración Portuaria del Puerto Comodoro Rivadavia y las autoridades sanitarias de la Provincia del Chubut y de la Ciudad de Comodoro Rivadavia a quienes acusan de haber «demostrado una total desaprensión por la atención y asistencia médica de los tripulantes a bordo, habiendo negado la posibilidad de que los trabajadores desembarquen para ser alojados, con cargo a costa de la empresa, en un lugar digno que les permita transitar la enfermedad en mejores condiciones»
La organización sindical resaltó la actitud del Capitán del buque que «al haber tomado conocimiento en forma indirecta de que se le habían labrado actuaciones por la Prefectura Naval Argentina de Comodoro Rivadavia imputándole haber entrado a puerto sin autorización, cuando en realidad ante el agravamiento de la situación de uno de los tripulantes y frente la falta de respuesta de las autoridades portuarias ante sus desesperados pedidos para ingresar a puerto, realizó un ingreso forzoso amparado en sus facultades como Capitán, ponderando la vida de los tripulantes por sobre la burocracia sin rostro humano«.