La industria pesquera gallega bate récords con 4.500 millones de facturación

El top de operadores gallegos promedian una subida del 30% en ventas | Multiplica inversiones para reducir el consumo energético, maximizar el valor de la materia prima y ganar capacidad productiva | Su reto: la inflación.

a flota de capital gallego que opera en Malvinas ya terminó la campaña. Uno de estos barcos, con más de 2.500 GT de capacidad, ya tenía comprador para sus capturas cuando apenas había terminado de descargarlas en Vigo. “Se ha pagado muy bien, muy caro”. El mercado está inflacionado, como coinciden todos los operadores consultados en el sector, “y se vende todo a casi cualquier precio”.

Una palanca afilada tanto para los que poseen capacidad productiva en origen como para los que se nutren de terceros: a los primeros, por los desatados costes energéticos y de insumos; a los segundos, porque la competencia es global y tiene liquidez como para adquirir materia prima al valor que sea.

Una marejada que llegó con la resaca del COVID, que privó durante meses a la alimentación de mercados fundamentales como el foodservice (restauración, catering) o parte del retail (que es venta minorista, pero que no comercializó productos para grandes eventos familiares). Estas son las claves que explican el extraordinario ejercicio cosechado por las principales operadoras de la industria pesquera gallega: una fulgurante recuperación pospandemia, fuerte demanda global y precios muy altos. En suma, son 19 grupos empresariales que superaron holgadamente los 4.500 millones de euros de volumen de negocio, según los datos aportados a FARO por cada uno de ellos. Todos mejoraron sus registros preCOVID.

En cuanto a ingresos y volumen de toneladas comercializadas, Profand e Iberconsa completan un podio liderado, como siempre, por Nueva Pescanova. La multinacional controlada por Abanca recuperó el umbral de los 1.000 millones en ventas, y superó por la mínima los ingresos de 2019. Ha dejado atrás las pérdidas; la salida de la entidad financiera de su capital marcará un punto de inflexión en el conjunto de la industria, toda vez todas las fuentes consultadas exponen que ninguna compañía española está en disposición de lanzar una oferta. Que las habrá, como las que han llegado al grueso de todas estas empresas. Los presidentes de Fandicosta o Interatlantic, Ángel Martínez Varela y Luis Cabaleiro, respectivamente, fueron algunos de los sondeados en el pasado por fondos de inversión.

En tanto la intención de Pescapuerta pasa por mantener su ADN familiar, con el que se consolidó como una referencia permanente en la industria. Su estrategia se ha apartado en todo momento de operaciones de crecimiento inorgánico, como inciden desde su equipo directivo. Bajo la presidencia de José Puerta, su crecimiento ha venido generado “por un óptimo desarrollo de las actividades comerciales y de distribución, tanto en las principales áreas de los mercados nacionales e internacionales como en la distribución capilar nacional”. Acaricia con los dedos los 300 millones de facturación consolidada –cerró 2021 con 283 millones–, y ha apuntalado su capacidad extractiva en Mauritania con un nuevo buque congelador. También Grupo Pereira, protagonista principal en la evolución de la pesca industrial gallega, tiene inversiones sobre la mesa. El Argos Pereira tendrá nuevo sistema de propulsión, con recambio del motor principal, en un proyecto valorado en casi seis millones de euros. Y, en búsqueda de esa optimización en costes energéticos que es casi general en el sector, instalará placas fotovoltaicas en sus plantas de Vigo y Pazos de Borbén. La primera, además, ganará capacidad productiva. El grupo que dirige José Enrique Pereira facturó 168,5 millones.

Fuente: Faro de Vigo

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