La UE reconoce el fracaso de la obligación de desembarque (Descarte 0) «No hay pruebas de cambios»

El informe de la CINEA advierte que los descartes siguen produciéndose sin control y apunta a los sistemas REM como la mejor solución.

La actual PPC entró en vigor en 2014 con una importante medida en su epicentro: mejorar la sostenibilidad pesquera a través del objetivo “descartes 0” para acabar con esta práctica en las aguas comunitarias.

La conocida como “obligación de desembarque” de todas las capturas tuvo un proceso de introducción complejo, con una implementación progresiva llena de excepciones y plazos que arrancó en 2015 y finalizó en enero de 2019 con la entrada en vigor plena de una norma de la que el sector siempre receló. El carácter mixto de muchas pesquerías, el tipo de artes y el sistema de TAC y cuotas situaron a la flota ante un desafío sin precedentes.

También a la Administración, sin capacidad para controlar de manera efectiva qué sucede en la mar y con un Reglamento de control desfasado ante los objetivos de la nueva PPC. De hecho su actualización sigue en debate y no se espera un nuevo esquema de control pesquero hasta mitad de 2022. La norma introducirá nuevas medidas para mejorar el cumplimiento de la “landing obligation”, entre ellas la introducción de cámaras de observación electrónica para buques susceptibles de incumplimiento o con sanciones previas.

Con todos estos precedentes se puede decir, sin exagerar, que la obligación de desembarque ha sido un fracaso. Lo reconoce la propia Comisión Europea en un informe que ha elaborado la CINEA, la Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructura y Medio Ambiente de la UE, para evaluar la aplicación del reglamento en las pesquerías del mar Báltico, el mar del Norte y las aguas occidentales atlánticas, incluidas las regiones ultraperiféricas.

“No hay pruebas de cambios en la práctica de los descartes en las pesquerías y los descartes siguen teniendo lugar fuera de las restricciones de la Obligación de Desembarque”, indica el documento. 

La conclusión, después de casi tres años de implementación total de la norma, es contundente: “No hay pruebas de cambios en la práctica de los descartes en las pesquerías y los descartes siguen teniendo lugar fuera de las restricciones de la Obligación de Desembarque”, indica el documento, para cuya elaboración los técnicos de la agencia también entrevistaron a representantes de las partes interesadas para abordar las razones de este fracaso. Las principales razones señaladas apuntan a la compleja legislación, numerosos Reglamentos Delegados de la Comisión y la considerable cantidad de trabajo que debía realizarse a bordo.  Además, los técnicos de la CINEA no observaron “ninguna correlación aparente entre el número de especies con tasas de descartes que están aumentando, disminuyendo y estables y la disponibilidad de excepciones”, poniendo en duda la validez de las medidas de adaptación introducidas.

MEDIDAS DE CONTROL INEFICACES

Al mismo tiempo señala que las medidas de control tradicionales utilizadas en aguas de la UE, como son las inspecciones en la mar y en el muelle, también los diarios de pesca tradicionales, con “ineficaces”. Una crítica común a estas medidas convencionales es que solo proporcionan una instantánea del cumplimiento en el momento de la supervisión y no en el contexto de la pesquería. Al mismo tiempo, el documento sostiene que no garantizar el control y la aplicación de la orden no solo supondrá el fracaso de este “elemento fundamental de la PPC”, sino que también puede dar lugar a una sobrepesca significativa, ya que durante la fase de transición se asignaron “generosos” suplementos de TAC para evitar el llamado “estrangulamiento”: cuando no se puede pescar la especie objetivo a pesar de la disponibilidad de cuota para no causar descartes en otra pesquería.

El informe señala a los sistemas REM, de control electrónico, como piezas clave para avanzar en el cumplimiento del reglamento de obligación de desembarque. El estudio, que se da a conocer cuando comienza el debate en los trílogos sobre el nuevo reglamento de control a la pesca en la UE, concluye que las cámaras a bordo son los medios más “efectivos y rentables”, aunque refleja que algunas partes interesadas plantearon cuestiones como la privacidad y los costos.

LA COMISIÓN ASUME LAS CONCLUSIONES

La Comisión Europea, por su parte, explica que el control y la aplicación efectivos “son esenciales para el éxito de la obligación de desembarque” y achaca el fracaso a “la falta de adopción de los medios necesarios, como REM”.

Tras la difusión del informe, la CE reconoce que “los indicios apuntan a un incumplimiento generalizado y al descarte ilegal prolífico e indocumentado de las capturas”. Al mismo tiempo, advierte del “riesgo significativo” que esto representa, ya que “es vital mantener y mejorar la recopilación y notificación de datos de captura”. Sin ellos no habrá un “impacto significativo en la calidad del asesoramiento científico y se puede comprometer el logro de los objetivos de sostenibilidad de la política pesquera común (PPC)”.

La Comisión indica que tendrá en cuenta los resultados del informe de la CINEA en las negociaciones en curso de revisión del Reglamento de control.

Fuente: Industrias Pesqueras

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