Hace 51 años, volvía del exilio el ex presidente Perón

En aquella lluviosa jornada del 17 de noviembre de 1972, su llegada significó un triunfo para la lucha de dos generaciones de militantes peronistas, que marcharon a Ezeiza o lo vieron por televisión.

El general Juan Domingo Perón volvía hace 51 años a la Argentina después de un largo destierro de 17 años, iniciado en 1955 tras su derrocamiento como Presidente constitucional del país. El retorno del líder del justicialismo fue el resultado de un amplio proceso de movilización política y social.

Perón debió dejar el poder en el tercer año de su segunda presidencia, tras haber sido derrocado por un golpe militar en 1955. Primero intentaron asesinarlo con un criminal bombardeo a la Plaza de Mayo realizado por la Fuerza Aérea el 16 de junio, que provocó más de 300 muertos, en su mayoría civiles.

En septiembre, renunció para evitar otra masacre y Juan Domingo Perón, ya fuera del cargo, se refugió en la Embajada de Paraguay, desde donde le permitieron dejar el país a bordo de una Cañonera para iniciar formalmente el período de ausencia en la Argentina que se extendió por 17 años.

La llegada del hombre que fundó el movimiento de masas que cambio la vida política del país en el siglo XX significó un triunfo para la lucha de dos generaciones de militantes peronistas que en aquella lluviosa jornada del 17 de noviembre de 1972 vieron la concreción de un largo anhelo.

Para la liturgia justicialista el 17 de noviembre es considerado el «Día de la Militancia».

El 17 de noviembre, en la que es considerada una de las movilizaciones más grandes de la historia argentina, una marea humana se movilizó para recibir a su líder. Bajo la lluvia, se lanzó a las calles para intentar llegar a Ezeiza. Treinta y cinco mil soldados del ejército, apoyados por la policía, cercaron el aeropuerto e hicieron imposible la llegada de los militantes.

El avión proveniente de Roma aterrizó a las 11:20 en Ezeiza. A Perón lo acompañaba una comitiva integrada por 154 hombres y mujeres, entre ellos 22 presidentes provinciales del Partido Justicialista y del distrito capital, miembros retirados de las Fuerzas Armadas, de la Confederación General del Trabajo, las 62 Organizaciones, empresarios, exfuncionarios y legisladores, científicos y artistas, que acompañaban al líder de los trabajadores en su regreso.

El propio gobierno había declarado aquel 17 de noviembre como día no laborable: prohibió las concentraciones y solo se podía acceder al aeropuerto de Ezeiza como “invitado especial”.

El sindicalismo había dispuesto un paro general y la CGT ocupó el lugar central del Operativo Regreso. Como símbolo máximo de la alianza de Perón con el movimiento obrero, la imagen que quedará para siempre en el recuerdo será la de José Ignacio Rucci, paraguas en mano, protegiendo de la lluvia al general.

Más allá de haber permitido su regreso, Lanusse le preparó una zancadilla a Perón: lo retuvo en el Hotel de Ezeiza hasta la madrugada del día siguiente, cuando decidió liberarlo y pudo dirigirse a la casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López.

Permaneció en Buenos Aires solo 29 días y volvió a irse a España, de donde retornó definitivamente el 20 de junio de 1973: esa jornada se la conoció como la Masacre de Ezeiza, por los enfrentamientos armados que hubo en las adyacencias del aeropuerto entre grupos armados de raíz peronista y cuyo número de víctimas fatales es todavía un misterio.

El retorno definitivo de Perón, en aquel día trágico, se produjo de la mano del presidente justicialista electo Héctor Cámpora, quien luego renunció a su cargo para llamar a elecciones y permitirle al líder del movimiento acceder a su tercera y última Presidencia.

Juan Domingo Perón ganó los comicios con su esposa, María Estela Martínez, como compañera de fórmula. Gobernó hasta su muerte, el 1º de julio de 1974. La continuidad democrática tuvo un rápido desenlace: el 24 de marzo de 1976, los militares volvían a tomar el poder con el que es el último golpe de Estado que vivió la Argentina.

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