Los cambios en las rutas internacionales de navegación impulsan a la industria naval

Por: Fabián Lugarini – 11/4/2023 – A partir del cierre de refinerías en Europa, EE.UU. y Australia como consecuencia de la abrupta caída en la demanda de combustibles durante la pandemia de Covid-19, nuevos complejos de refinación se han estado construyendo en Asia y Medio Oriente.

Los puntos estratégicos de las rutas marítimas mundiales
Por Geografía Infinita 

Al desplazamiento hacia el este de los principales centros de refinación, hay que sumar las sanciones que pesan sobre los hidrocarburos rusos en la Unión Europea. Esto ha determinado un replanteamiento global en el transporte de energía.

Las cargas de combustible provenientes de Rusia que antes tenían como destino países de la Unión Europea, ahora navegan hacia destinos más lejanos como Marruecos, Nigeria, Turquía y Brasil, en tanto que Europa importa más productos refinados del Medio Oriente y Asia. El transporte de estas cargas que antes insumía de cuatro a seis días de navegación, aumentó de 16 a 18 días, lo que a su vez duplicó las tarifas promedio. Actualmente, un tanquero mediano factura US$40.000 por día, el valor más alto desde el año 2013. También se ha incrementado el volumen de hidrocarburos que se encuentra en tránsito (incluyendo almacenamiento flotante) a más de 200 millones de barriles frente a los 177 millones registrados hace solo dos años.

Por otro lado, las cargas destinadas a Europa occidental navegaban cuatro días desde Rusia al puerto de Amberes, pero a partir del estallido del conflicto en Ucrania los importadores europeos esperan hasta 18 días para recibir el suministro hidrocarburífero desde los EE.UU., que ha emergido como el principal proveedor de combustibles fósiles a la Unión Europea. De hecho, las refinerías estadounidenses de la Costa del Golfo se están preparando para incrementar sus despachos a Europa y África occidental en el transcurso de los próximos años.

Paralelamente, Brasil (un importador tradicional de subproductos refinados estadounidenses) está adquiriendo de manera creciente estos suministros a Rusia debido a sus precios más bajos a pesar de que el viaje de Rusia a Brasil insume 18 días o más (lo que representa un costo de US$7 millones el doble que el envío desde los EE.UU.). En marzo de este año, una cuarta parte de las importaciones brasileñas de gasoil provinieron de Rusia, mientras que el año pasado no llegaban al 1%.

El mapa del mundo en la foto de portada, sólo muestra las rutas marítimas y nada más. Los colores representan los diferentes tipos de barcos, incluyendo envío de contenedores (amarillo), graneles secos (azul), cisternas (rojo), graneles de gas (verde) y vehículos (morado) – Publicación de MoverDB.com

A su vez, las cargas asiáticas de combustibles que estaban destinadas a África y el Mediterráneo oriental están siendo redirigidas para su almacenamiento temporal en Singapur, habiendo sido reemplazadas por exportaciones rusas.

Tras el cierre de algunas refinerías en Australia, han crecido en este país las cargas de hidrocarburos provenientes del área de Asia Pacífico, mientras que la India aumenta sus exportaciones de combustibles a América Latina.

Con respecto al gas natural licuado (GNL), la demanda en el año 2022 se incrementó un 6%, alcanzando los 556.000 millones de metros cúbicos, principalmente como resultado de un aumento del 57% en la demanda europea debido a la interrupción del suministro de gas natural proveniente de Rusia. Se espera que para este año se registre un incremento de 5% adicional, lo que representaría un volumen de 585.000 millones de metros cúbicos.

Análogamente, las tarifas de transporte de GNL en el mercado spot alcanzaron durante el cuarto trimestre del año pasado un máximo de US$500.000 por día como resultado de la falta de disponibilidad de bodega.

En este escenario, los proveedores globales de combustibles fósiles se vuelcan a rutas más largas y costosas, lo que no solo añade inseguridad al suministro hidrocarburífero sino que también impulsa hacia arriba su precio a pesar de la preocupación internacional por la inflación y el riesgo de una potencial recesión.

Sin embargo, el aumento en las tarifas de transporte marítimo incrementa la rentabilidad de los armadores e impulsa la construcción de nuevos buques.

En el primer trimestre de este año ya se registraron 28 nuevos tanqueros de mediano tonelaje contra 31 registrados durante todo el año 2022.

Asimismo, en los primeros tres meses del año se cursaron 38 nuevas órdenes de construcción de tanqueros, mientras que en el 2022 se ordenaron 172 buques de transporte de GNL con plazos de entrega hasta el año 2028. Los precios de estos nuevos buques gaseros ya superan los US$250 millones.

Vaca Muerta es uno de los mayores reservorios en el mundo de gas y petróleo no convencional, en tanto que la plataforma continental de Argentina cuenta con enormes recursos hidrocarburíferos que serían comparables a los de las cuencas presal frente a la costa de Brasil. Sólo el bloque marino de la Cuenca Argentina Norte CAN 100 estaría en condiciones de producir 200 mil barriles diarios de crudo, lo que duplicaría la producción actual de YPF, sin contar que los geólogos estiman que otros bloques en el área poseerían las mismas características, multiplicando varias veces el volumen inicial proyectado.

Actualmente, nuestro país pierde por año US$5 mil millones en concepto de fletes porque no contamos con una flota mercante significativa, a pesar de transportar el 87% del comercio exterior argentino en buques.

De persistir esta situación, cuando Argentina en pocos años se sume al selecto grupo de grandes productores de hidrocarburos y exporte como GNL el gas no convencional de Vaca Muerta, así como los hidrocarburos provenientes de las explotaciones offshore, las pérdidas en concepto de fletes se duplicarán con respecto a los montos actuales.

Asimismo, resulta inconcebible que a pesar de contar nuestro país con una Industria Naval Nacional con la capacidad para construir los buques que se requieren para la producción y transporte de nuestros hidrocarburos, Argentina no implemente ya políticas como los programas brasileños de Renovación de la Flota de Apoyo Marítimo (PROREFAM), Navega Brasil y de Movilización de la Industria Nacional del Petróleo y el Gas Natural (PROMINP), exigiendo niveles de integración local superiores al 50% en la construcción de buques destinados a la explotación y transporte hidrocarburífero.

En un contexto de dura disputa geopolítica a nivel global, dependerá de nuestra clase dirigente el instrumentar una política de estado que permita aprovechar esta coyuntura y pasar de ser un mero exportador de productos primarios sin valor agregado a una Nación industrializada que controla la producción y comercialización de sus recursos estratégicos no renovables.

Fabián Lugarini – Analista Económico – Ex-asesor en Transporte, Energía, Pesca y Minería de la Honorable Cámara de Senadores y en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación – Asesor en Transporte y Ambiente en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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