Nace el dirigente sindical Agustín Tosco

El 22 de mayo de 1930, nace en la localidad de Coronel Moldes en la provincia de Córdoba, el dirigente sindical de Luz y Fuerza Agustín Tosco uno de los principales protagonistas de lo que se conoce como «El Cordobazo»

Reducir la figura del «Gringo» Tosco a aquellas jornadas (29 y 30 de Mayo de l969), suena cuanto menos, injusto para una figura tan trascendente del movimiento obrero argentino.

Nació el 22 de mayo, pero, como era habitual en aquellos años, fue anotado dos días después. Su infancia transcurrió en un ámbito rural, dado que sus padres eran emigrantes campesinos oriundos del Piamonte (Italia).

La disciplina le permitió ―al final de su educación secundaria )― superar notoriamente su timidez y su manejo del idioma, por lo que ―en su carácter de presidente del centro de alumnos― se le encomendó hablar en el cierre del ciclo escolar. Tosco realizó una dura crítica al funcionamiento de la escuela, negándose incluso a recibir el diploma por parte del director, entre las ovaciones de sus compañeros.

Signado así su derrotero, Tosco asignó una enorme importancia a la búsqueda de la autosuperación, siendo una de sus más célebres frases que «las victorias más importantes y valiosas son las que se obtienen sobre las propias debilidades».

Hasta su juventud una de las lecturas que más disfrutaba era la de José Ingenieros «que, aunque positivista, enseñaba cosas», dedicándose posteriormente a la lectura de análisis sobre la situación de la clase obrera y ensayos de autores marxistas.

En 1949 consiguió incorporase a la empresa de energía provincial EPEC por entonces llamada SPEC como ayudante electricista en el taller electromecánico, sección baterías, iniciando también entonces su actuación en el gremio de Luz y Fuerza de Córdoba.

Su ya reputada capacidad oratoria y su militancia disciplinada le confieren ser elegido subdelegado a los 19 años y delegado a los 20.

Cuando tenía 15 años Perón llegaba al poder, ganando las elecciones a la Unión Democrática; Tosco manifestó entonces su simpatía «al movimiento que levantaba un eslogan contra Braden»; sin embargo en reiterados discursos posteriores se definió explícitamente como marxista, esto, sumado a su concepción de integración de la clase más allá de los rótulos políticos, llevó a la confusión de que, mientras algunos lo sindicaban como peronista otros lo tildaban de antiperonista.

En 1952 es electo secretario del cuerpo de delegados de Luz y Fuerza de Córdoba. Entre 1953 y el golpe del 1955, Agustín Tosco integra el Consejo Directivo cuyo Secretario General es Cristóbal Sierra y en 1954 es elegido secretario gremial del secretariado nacional de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf). Siendo relevado de su cargo por la intervención militar. En plena dictadura de Pedro Eugenio Aramburu encabezó el acto del 1° de mayo, donde la Intersindical realizó un acto en la Plaza Once donde se pidió por la libertad de los presos gremiales, la normalización de los gremios y de la CGT, y se reclamó por salarios justos.

Agustín Tosco durante las marchas del Cordobazo

En 1956 el régimen de Aramburu lo arrestó en el marco de una creciente persecución política y sindical que caracterizó a su régimen dictatorial, en medio de allanamientos a los locales sindicales por la policía, con violación de puertas y destrucción o robo de archivos y colecciones de libros y periódicos, junto con la destrucción del archivo histórico de Luz y Fuerza en Córdoba.1

Terminada la intervención militar del gremio, Tosco integra el Congreso Normalizador del mismo y es elegido nuevamente como secretario general en Córdoba y miembro del Fatlyf, renunciando dos años después a esta última por desacuerdos con la burocracia sindical.

En 1972, estando aún preso en la cárcel de Rawson durante el gobierno militar es nuevamente elegido dirigente del gremio y secretario adjunto de la delegación regional.

En 1973, en vísperas de la tercera elección de Perón, el PRT le ofrece llevarlo en una candidatura a Presidente de la Nación para disputarle a aquel el ascendiente sobre las masas; sin embargo Tosco declina el ofrecimiento argumentando que ello podría dividir a la izquierda, atento a los distintos programas del PRT y el PC, partidos con los que tenía relaciones.​

El 29 de mayo del año 1969, en la ciudad de Córdoba, se produjo una rebelión popular en contra de la dictadura de Onganía. Participaron obreros y estudiantes en su mayoría, que se enfrentaron al aparato represivo de sectores del ejército. Referente del Cordobazo junto a Elpidio Torres, Atilio López y su amigo el dirigente de los obreros construcción Jorge Canelles, fue apresado y condenado a ocho años de prisión por un tribunal militar, recuperando la libertad a los diecisiete meses. El Cordobazo marcó un hito, porque significó la pérdida de autoridad del gobierno de Onganía, acelerándose así su recambio.

Al salir de prisión, Tosco regresa a Córdoba, en donde manifiesta que se aliaría solo con los peronistas surgidos de la base, pero no con la derecha sindical, a la que seguiría denunciando, en especial a Rucci.

Tras la victoria del peronismo en el año 1973, Tosco comienza a ser perseguido. En 1974, debió pasar a la clandestinidad al ser intervenido el sindicato de Luz y Fuerza. Un tiempo después sufre una enfermedad, pero era imposible internarlo en los hospitales, porque sería ejecutado cuando se conociera en dónde se encontraba.

Estando aún preso en la cárcel de Rawson, en 1972, durante el gobierno militar es nuevamente elegido dirigente del gremio y secretario adjunto de la delegación regional

Gracias a la ayuda de muchos y variados compañeros de Luz y Fuerza y gente simpatizante con su lucha, fue ocultado durante más de un año, primero en las sierras de Córdoba y hasta fue disfrazado de mujer para poder viajar a La Plata y seguir oculto.

Hacia septiembre de 1975 enfermó de una encefalitis bacteriana. Debido a su clandestinidad no pudo ser atendido apropiadamente, y su deterioro físico aceleró el final. A fines de octubre fue internado en Buenos Aires, con nombre falso. Agustín Tosco murió en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1975, a los 45 años. Sus compañeros llevaron su cuerpo sentado en el asiento del acompañante de una ambulancia hasta la ciudad de Córdoba. Oficialmente murió en Córdoba el 5 de noviembre.

A su entierro concurrieron unas 20 000 personas, pese a las amenazas de la Triple A (la banda paramilitar ultraderechista de José López Rega, ministro de Bienestar Social). Al llegar el cortejo al cementerio San Jerónimo (de Córdoba), matones del Gobierno, apostados en los techos de los panteones, dispararon contra la concurrencia, dejando varios heridos.

Un grupo de trabajadores dejó el féretro en una bóveda ajena y recién por la noche lo trasladaron al panteón de Unión Eléctrica, donde sus restos permanecen hasta hoy.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *