La guerra hace que las exportaciones de granos argentinas, estén en la mira

Aún no terminamos de sentir los efectos en el largo plazo de la pandemia y una nueva disrupción obliga a repensar las estrategias hasta ahora adoptadas para la adaptación a la nueva realidad.

El mercado de graneles y carga seca sufre ya los primeros efectos del aumento del precio del búnker y depuradores, el incremento de declaraciones de fuerza mayor, el pago de salarios de tripulantes de nacionalidad rusa y ucraniana, e incluso el rechazo de las aseguradoras londinenses frente a transacciones relacionadas con Rusia.

Entre los efectos relacionados directamente con el comercio con Rusia, primero fue el embargo al petróleo ruso -que tiene al mundo de rodillas con los precios de los combustibles- pero ahora el problema que pesa sobre el transporte internacional es las consecuencias inmediatas del bloqueo a transacciones con cuentas rusas, que han sido excluidas del sistema de pagos internacionales SWIFT, que sustentan los pagos del comercio internacional.

Si no se le puede pagar a proveedores rusos, no se pueden comprar sus bienes. Y si los buques que transportan mineral de hierro y granos no pueden zarpar desde puertos ucranianos no podrán llegar a los destinos del mundo que esperan su preciada carga.

Carga de gigantes

Si bien, todos los mercados se ven afectados por esta restricción, el transporte de commodities como granos, mineral de hierro y acero, entre otros, juega un rol fundamental en la economía mundial.

Ucrania cuenta con una importante participación en la exportación de granos (no soya), acero, productos agrícolas, fertilizantes, según un detallado análisis de BRS Bulk.

Mercados alternativos

En cuanto al mercado de granos (incluyendo soya), entre Ucrania y Rusia suman un 16,2% de la oferta mundial, pero si se analiza el trigo por separado, los dos mercados suman cerca del 30% del volumen a nivel global, lo que los posiciona conjuntamente como la fuerza exportadora de trigo más importante del planeta. Sequías y las contrapuestas lluvias intensas en otras latitudes productoras de trigo ponen en jaque el suministro mundial de uno de los alimentos más importantes de la dieta humana. Si la producción de Norteamérica (EE.UU. y Canadá) cayera, sería tarea de Australia y Argentina alimentar al mundo.

Maíz, fertilizantes y acero son otros mercados, que al combinar Ucrania y Rusia representan interesantes volúmenes de exportación. La caída en estos transportes afectaría directamente a las economías que los consumen, teniendo que buscar proveedores alternativos para satisfacer su demanda, pero con la dificultad agregada de evitar transitar por la ruta de Europa del este para no arriesgar quedar atrapado en la zona de conflicto.

Por MundoMaritimo

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