LA MATRIZ DE LA DEPENDENCIA ARGENTINA

Por Fabián Lugarini – Es una falacia sostener que en Argentina “NO HAY PLATA”. Argentina es rica en lo que el mundo crecientemente demanda: energía, minerales y alimentos, pero sufre la “paradoja de la abundancia” o “maldición de los recursos” que es la incapacidad de países con amplia disponibilidad de materias primas estratégicas en lograr que su explotación resulte en beneficio de TODA su población, objetivo que solo se puede alcanzar implementando políticas de desarrollo industrial que añadan valor a sus recursos naturales.

Las desventajas de tener una economía básicamente exportadora de commodities con bajo o nulo valor agregado se manifiestan claramente en la balanza comercial argentina.

En el año 2023, Argentina exportó desde sus puertos 63,9 millones de toneladas de cargas no containerizadas, en tanto que durante el mismo período se importaron 16,9 millones de toneladas de cargas no containerizadas.

Si bien en principio parecería algo positivo que Argentina exporte, al menos en volumen, casi cuatro veces más de lo que importa, al desglosar los rubros de estas operaciones de comercio exterior se revela una matriz productiva altamente primarizada y dependiente.

De las 63,9 millones de toneladas exportadas, 51% (32,2 millones) correspondieron a exportaciones de granos, 27% (16,9 millones) fueron harinas y subproductos, 7% (4,4 millones) petróleo crudo, 6% (3,8 millones) aceites y 1% (0,6 millones) maderas, totalizando un 92% de exportaciones de productos primarios con bajo o nulo valor agregado.

A su vez, de las 32,2 millones de toneladas de granos exportadas, 50% (16 millones) lo fueron desde la provincia de Santa Fe y el 95% de esas 16 millones de toneladas de granos, fue a través de puertos privados pertenecientes en su inmensa mayoría a multinacionales cerealeras como ADM, Bunge, Cargill, Cofco y Dreyfus.

Análogamente, de las 16,9 millones de toneladas de exportaciones de harinas y subproductos, 94% (15,9 millones) fueron exportadas desde puertos santafesinos y de esas 15,9 millones de toneladas, el 99% también salieron de puertos privados.

GRÁFICO 1 – EXPORTACIONES NO CONTAINERIZADAS

Por el contrario, de las 16,9 millones de toneladas importadas, 36% (6 millones) correspondieron a combustibles, 27% (4,5 millones) fueron productos metalúrgicos, 11% (1,8 millones) fertilizantes, 10% (1,6 millones) productos químicos y 2% (0,4 millones) productos industriales, totalizando un 86% de importaciones de productos con alto o mediano valor agregado.

A pesar de exportar en volumen casi cuatro veces más de lo que importamos, de acuerdo al INDEC en los primeros once meses de 2023, registramos un déficit comercial de US$8.790 millones con China (el tercer mayor destinatario de nuestras exportaciones), de US$5.593 millones con Brasil (el mayor de todos), de US$3.133 millones con EE.UU. (el segundo mayor destino) y de US$3.736 millones con la Unión Europea.

GRÁFICO 2 – IMPORTACIONES NO CANTAINERIZADAS

A esto hay que añadir que en los primeros once meses de 2023, Argentina abonó US$3.444 millones en concepto de fletes de importación.

Además, en el 2023 se podrían haber generado US$6.600 millones en concepto de fletes de exportación si contáramos con una flota mercante de bandera nacional que pudiera transportar las cargas que salen al exterior.

Vale la pena recordar las palabras del General Perón del 12 de agosto de 1947 en un discurso sobre la Marina Mercante, cuando dijo: “Solamente en fletes marítimos gastábamos 400 millones por año, porque carecíamos de flota propia; ahora que tenemos una flota de un millón doscientas mil toneladas, el importe de los fletes no irá a las compañías extranjeras sino a nuestras propias empresas. Si antes ustedes veían en el puerto 20 barcos extranjeros y uno solo con bandera argentina, ahora verán veinte barcos de nuestra bandera por cada uno de bandera extranjera”.

La matriz de la dependencia no solo se manifiesta en el déficit de la balanza comercial producto de una economía primarizada, también se visibiliza en un sistema de transporte de carga anti-económico y altamente contaminante.

Argentina cuenta con un litoral marítimo de 4.725 km. y con una ruta fluvial de 1.477 km. (la Vía Navegable Troncal) que se extiende desde el puerto de Santa Fe hasta la zona de aguas profundas naturales en el Río de la Plata exterior, vinculando los grandes puertos y terminales fluviales del Paraná y el Río de la Plata con el océano Atlántico. A pesar de eso, el 92% de las cargas en Argentina son transportadas por el modo automotor, aún siendo el marítimo-fluvial el modo más económico y eficiente. Una barcaza de 1.500 toneladas acarrea una carga equivalente a 58 camiones con acoplado. A su vez, una barcaza puede transportar 245 toneladas por km. con un litro de combustible, en tanto que un camión solo puede transportar 66 toneladas por km. por litro de combustible.

GRÁFICO 3 – CAPACIDAD DE CARGA EN TONS PR KM/LITRO DE COMBUSTIBLE

En el 2021, se transportaron por camión 498 millones de toneladas a una distancia promedio de 700 km. lo que implicó un consumo de 5.250 millones de litros de gasoil. Esto genera mayor contaminación, desgaste de rutas, aumento de las tasas de accidentes y de los congestionamientos de tránsito vehicular.

Sin embargo, en ese año el cabotaje salido de puertos argentinos solo ascendió a 15,5 millones de toneladas de carga no containerizada.

CUADRO 4 – MATRIZ DE TRANSPORTE DE CABOTAJE

Aún más crítica es la situación de la Patagonia que depende casi exclusivamente del transporte de carga automotor para conectarse comercialmente con el resto del país.

Un servicio regular de transporte marítimo de cabotaje representaría un ahorro de hasta un 35% en los costos de flete para productos industriales y de consumo masivo, incrementando así la sustentabilidad de las economías regionales patagónicas. Por ejemplo, si tomamos en cuenta solo a la empresa Aluar, son necesarios más de 400 camiones por mes para llevar 12 mil toneladas de aluminio de Madryn – Chubut hasta la provincia de Buenos Aires. A pesar de eso, la carga conteinerizada se concentra en más de un 80% en los puertos del AMBA.

Nuestro país debe implementar un plan estratégico a mediano y largo plazo en el cual el desarrollo de la industria nacional sea una política de Estado

En el 2023, la carga containerizada en Argentina ascendió a 1,2 millones de TEUs (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies), de la cual el 50% (598 mil TEUs) correspondieron al puerto de Buenos Aires y el 31% (368 mil TEUs) correspondieron a Exolgan en Dock Sud, en tanto que menos del 6% (70 mil TEUs) de la carga containerizada fue operada en puertos patagónicos, a lo que hay que agregar que menos de la mitad de esos contenedores fueron transportados por buques de bandera argentina por ausencia de oferta de bodega nacional.

GRÁFICO 5 – CARGA CONTAINERIZADA POR PUERTO

Esta matriz económica de la dependencia no puede revertirse con reformas económicas ancladas en un fuerte ajuste fiscal, privatización de empresas públicas, apertura comercial indiscriminada y desnacionalización, que en lugar de promover el crecimiento económico con movilidad social y la modernización de estructuras productivas, agravan aún más la situación con bajos niveles de crecimiento y alto desempleo.

Nuestro país debe implementar un plan estratégico a mediano y largo plazo en el cual el desarrollo de la industria nacional sea una política de Estado con eje en la integración regional con profundo sentido federal, el crecimiento industrial y la transferencia tecnológica, dejando atrás el modelo de economía primarizada exportadora de commodities sin valor agregado.

Pero esto solo será posible si se instrumentan políticas públicas de largo plazo a través de estrategias plurianuales de planificación, se construyen amplios consensos políticos que cohesionen la estructura social y se mantiene el carácter democrático del imperio de la ley, preservando el rol de las instituciones de la Argentina.

Fabián Lugarini – Analista Económico – Ex-asesor en Transporte, Energía, Pesca y Minería de la Honorable Cámara de Senadores y en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación – Asesor en Transporte y Ambiente en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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